Constelación de Géminis
'Abd al-Rahman ibn 'Umar Al-Sufi,
Book of Fixed Stars (ca. 1300 d. C.),
National Library, El Cairo
Book of Fixed Stars (ca. 1300 d. C.),
National Library, El Cairo
“El Festival de Cristo y la Humanidad.
Será el Festival del espíritu de la humanidad que aspira llegar a Dios, trata
de adaptarse a la voluntad divina y dedicarse a expresar correctas relaciones
humanas. Será fijado anualmente de acuerdo a la Luna llena de Géminis. En ese
día será reconocida la naturaleza espiritual y divina del género humano. En
este Festival Cristo ha representado a la humanidad durante dos mil años y ha
permanecido ante la Jerarquía y a la vista de Shamballa como el hombre-Dios, el
Conductor de su pueblo y ‘el Primogénito de una gran familia de hermanos’ (Rom.
8,29). Todos los años en esta fecha, Cristo ha repetido, ante la Jerarquía, el
último Sermón del Buddha. Por lo tanto será un Festival de profunda invocación
y demanda, de fundamental aspiración para establecer la hermandad y la unidad
humana y espiritual, y representará el efecto que produce en la conciencia
humana el trabajo realizado por el Buddha y el Cristo.”
Alice Bailey, La Reaparición de
Cristo
FESTIVAL DE GÉMINIS (CRISTO)
“Reconozco mi otro yo, y al menguar ese yo, crezco y brillo”
“Cada año, en la época de la Luna Llena de Géminis, el amor de Dios, la
esencia espiritual del fuego solar, alcanza su punto de expresión más elevado.
Ello se consigue gracias al instrumento de la Jerarquía. La Jerarquía
espiritual de la Tierra es el agregado de aquéllos de entre la humanidad que
han triunfado sobre la materia, que han alcanzado la meta del dominio sobre sí
mismos por el mismo camino que, actualmente, recorren otras personas. Han
sufrido todas las experiencias, han sobrepasado cada dificultad y han
triunfado. Aquí reside su derecho a servir, y la fuerza y realidad de su
relación con una humanidad que sigue todavía luchando. Ese gran grupo de almas
ha sido siempre el custodio del principio de luz, de amor iluminado y siempre,
a lo largo de los tiempos, centra su atención sobre la Humanidad cuando la
influencia espiritual está en su punto más elevado. Se ha adentrado en la
comprensión de la vida grupal planetaria, que incluye todas las etapas, desde
ese diminuto sentido de la responsabilidad social del hombre o mujer que está
dando los primeros pasos en el sendero de la madurez espiritual, hasta la
inclusiva comprensión del mismo Cristo.
El Festival de la Luna Llena de Géminis, o Festival del Cristo, es el
tercero de los tres principales Festivales espirituales. Va a continuación del
de Pascua, o Festival del Cristo, en Aries y del de Wesak, el Festival del Buda
o de Iluminación, en Tauro. Conocido bajo una gran variedad de nombres, este
Festival de Géminis es, esencialmente, el Festival del Cristo como
representante de la humanidad ante la presencia de Dios. Es el Festival de la
humanidad en búsqueda de la unificación y de la comprensión de su propia
divinidad. Debido a que el reino humano, como centro de distribución de
energías, está tan directamente involucrado con su propia divinidad, se le
conoce también como el Festival de la Buena Voluntad.
...
Las Fuerzas de Reconstrucción están especialmente activas durante el
Festival de Géminis. Estas Fuerzas, relacionadas con el aspecto voluntad de la
divinidad, son efectivas sobre todo respecto a las naciones. El empleo que se
hace de estas energías impersonales depende de la cualidad y de la naturaleza
de la nación receptora, de su grado de iluminación real y de su capacidad de
amar. Ello reside tras la idea de la meditación grupal dentro de toda la ola de
esta energía espiritual. Actualmente, las naciones son la expresión del
egocentrismo colectivo de un pueblo y de su instinto de supervivencia, real o
imaginado. Estas energías pueden aumentar este aspecto de la vida nacional o
pueden aumentar la potencia de los objetivos de unidad mundial, paz y progreso.
Estas energías constructivas y sintetizantes deberían tener el efecto de
transformar la teoría de la unidad en una experiencia practica, de manera que
la palabra "unidos" alcance su verdadera importancia y sentido para
todas las naciones. Actualmente, en el seno de la Asamblea General de las
Naciones Unidas está generándose, lentamente, una voluntad-de-unificación y de
sintetizar inspirada por estas energías. En un creciente reconocimiento, de la
interrelación existente en este planeta, las Naciones Unidas sostienen ante los
‘ojos de los hombre’ una visión del Plan para la humanidad.
La voluntad-de-sintetizar y la voluntad-al-bien se están convirtiendo en
influencias crecientemente efectivas, a través de la meditación grupal e
individual durante este período anual de los Festivales principales. A medida
que aumenta la comprensión de la importancia de estos Festivales, aumenta el
trabajo de meditación realizado por todo el mundo. La meditación planetaria, en
el signo de Géminis, celebra la total victoria de la vida sobre la forma y del
espíritu sobre la materia. Simbólicamente, este signo es el signo de los
Gemelos: la luz de la personalidad y la luz del alma. Mediante la estimulación
de la energía del amor y la sabiduría, la luz de la personalidad se oscurece
gradualmente, mientras que la luz del alma se hace más fuerte y brillante,
indicando eventualmente una victoria total de la humanidad sobre las formas a
través de las cuales se expresa.
La idea de la dualidad, especialmente en los niveles mentales, queda
resaltada cada año en Géminis. Ello sucede en dos etapas: el empleo de la mente
concreta como mediadora en la personalidad, condicionando la vida de la
personalidad, analizando y distinguiendo entre el ser y el no-ser humano y
enfatizando la consciencia de ‘yo y tú’ así como la de la personalidad. En
segundo lugar, la mente iluminada transmite los mensajes entre el alma y el
cerebro, estableciendo una correcta relación entre el ser inferior y el ser
superior, la personalidad y el alma. Hay un tercer aspecto que se convierte,
entonces, en un factor en la vida, la mente abstracta, que relaciona alma y
espíritu. La relación de personalidad y alma queda reemplazada por la relación
dual de alma y espíritu. Es el revelador del aspecto vida.
La relación y síntesis de las dualidades produce tensión, acción y
reacción, y esa condición de poderosa lucha y de dificultad tan característica
de nuestra vida planetaria, pero que produce eventualmente el despertar de la
humanidad a una plena consciencia planetaria. La meta de todo conflicto es la
armonía y ello queda enfatizado durante el Festival del Cristo mediante una
creciente percepción de la relación entre alma y personalidad, entre mente y
espíritu, entre lo material y lo espiritual. La potencia de esta relación
produce los cambios necesarios para la evolución de la consciencia Crística en
cualquier punto concreto del tiempo y del espacio, y siempre es compatible con
el requerimiento. Esta fuerza poderosa y evocadora está disponible durante la
meditación, como resultado del alineamiento planetario y de la receptividad
extra-planetaria, y puede ser contactada y transmitida en cooperación con la
Jerarquía espiritual.
Debido a este singular alineamiento, este Festival del Cristo de
precipitación y distribución de energía se celebra también como Día Mundial de
la Invocación, durante el cual numerosas personas utilizan la plegaria mundial ‘la
Gran Invocación’ constante y continuamente en numerosos idiomas y dialectos.
Esto establece un campo de fuerza invocativo y magnético que dirige,
literalmente, las energías de luz, amor y voluntad-al-bien directamente a la
consciencia de la humanidad, afectando a todos los corazones sensibles y a
todas las mentes abiertas con efectos planetarios.
Esta
invocación es el mantram del mismo Cristo, el programa del Plan para la
humanidad y una fórmula de dirigir energías al campo de la percepción humana.
Es efectiva porque se emplea como una fórmula de energía por todo el planeta, a
todos los niveles de consciencia, humana y jerárquica. Al emplearse, las tres
energías básicas encarnadas en la Invocación fluyen y se funden con las Fuerzas
de Reconstrucción y con las energías disponibles en este evento anual a través
del Cristo.
Influyendo
sobre las actitudes de mente y corazón en el mundo entero, esta Invocación es
una poderosa nota clave meditativa que inspira una acción amorosa,
constructiva.”
Fuente: Mundo Nuevo (sección Crecimiento personal), revista digital producida en Santiago de Chile, de
edición bimestral, con sitio - web
www.mundonuevo.cl.
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