“… La Ciudad Blanca fue
construida hace millones de años cuando el plan original de la Tierra surgía por primera
vez. Nuestra amada Ciudad fue creada como un recinto de iniciación tántrica
para las parejas de Llamas Gemelas y era aquí en este Sagrado Templo el lugar
donde las almas puras descendían hacia la Tierra para encarnar a través del Amor y la Unión de las Llamas Gemelas.
En la unión eterna de sus corazones y sus cuerpos, la elevación de sus espíritus
atraía hacia la Tierra
elevadas Almas de Luz que elegían encarnar para experimentar la vida en
comunión con Gaia por primera vez.
Era a través de las parejas de Llamas
Gemelas que llegaban a la
Tierra , almas puras sin karma, para encarnar como niñas y niños
de las estrellas en elevadas misiones de entrega de Luz e información al
Planeta. Elevados Maestros fueron concebidos en las ceremonias tantricas de
perfección y Amor que sólo las Llamas Gemelas podrían manifestar en el eterno
canto de su corazón. Esta unión de la
Diosa y el Dios celebrada a través de los cuerpos para
engendrar Almas estelares era considerada la máxima Iniciación Solar.
El amor infinito de las llamas gemelas
cuyos corazón reflejaban el uno al otro como un espejo divino daba origen al Huevo
Eterno de la Vida
y la sabiduría, a través del cual se concebía en Amor puro el Vehículo Divino
de los niños de las estrellas. Esa concepción, queridos míos, era simbolizada
por el Ankh egipcio: la unión perfecta del corazón femenino de la Diosa y el corazón masculino
de Dios que genera el Huevo de la
Vida , la manifestación plena del Amor equilibrado y completo.
Nuestra amada Ciudad Blanca y la
pirámide de Luz eran el punto Sagrado de unión donde el Amor daba vida y las
puertas estelares se abrían para albergar a las Almas elevadas que a través de
la atracción magnética del amor más elevado, elegían encarnar por primera vez
en la Tierra. La
puerta de la Ciudad
Blanca junto con la puerta del Paititi, eran los sitios
sagrados a través de los cuales las Almas ingresaban por primera vez a la Tierra , plasmando con su
inocencia Divina huellas etéricas de Luz, que representaban el canto sagrado de
los niños Divinos de las estrellas. Ese canto, que es una canción de cuna
estelar representaba el amor infinito de las Llamas Gemelas y la conexión
eterna con sus hijos de Luz. El Canto sagrado estelar se encuentra grabado en
el muro de Pusharo, en Paititi, como recordatorio viviente de la llegada de los
niños de las Estrellas a la
Tierra.
La inocencia divina que estas Almas
llamadas Niños de las Estrellas portan, es el recuerdo eterno del Amor de la Madre y el Padre. La certeza
de saberte bendecido y amado por un poder supremo de Amor que carece de juicio
y que sostiene tu vida en infinita misericordia. Los Niños de las Estrellas
llegaron al mundo hace miles de años y con su transitar fueron dejando huellas
y enseñanzas sagradas acerca de esa inocencia Divina, que con el tiempo, dieron
origen a muchas civilizaciones. Esos niños de las estrellas son la familia de
144,000 Seres de Luz que con el paso de las eras se han encargado de sostener y
vigilar el Plan Divino en la
Tierra y sus Padre fueron los 72 Kumaras de la Luz , que trajeron a la Tierra la energía de los 12
Linajes Sagrados que provienen de la más elevada unión de la Diosa y Dios. Estos 12
Linajes provienen de los 12 Elohim creadores, que fueron el reflejo original de
la Unión Sagrada
de la Diosa y
Dios. Los 12 Linajes son los orígenes de la humanidad, el ADN puro que provino
de la unión amorosa de las 72 parejas de Padres y Madres kumaras que llegaron a
la Tierra para
custodiar el Plan Divino de la Biblioteca Viviente y Cuyo hogar fue Machu
Picchu; el lugar Sagrado por donde las Almas antiguas y las Madres Cósmicas de
las 6 razas primigenias ingresaron al Planeta.
Esto ocurrió hace millones de años. Los
Padres Kumaras cuyos guías fueron Sanat Kumara y Lady Venus, dieron origen a
Lemuria acompañados por la estirpe de los 144,000 Niños de las Estrellas, y
vivieron muchas eras de luz. Los 72 Padres y Madres Kumaras se fueron elevando
hacia las octavas de la Luz
con el paso de las eras y no fue hasta la llegada de Atlántida que retornaron
para co-crear de nuevo el plan de la evolución de la humanidad a través de la
encarnación de almas puras sin karma, para atraer a la Tierra la información pura
de las octavas elevadas a través de la llegada de una nueva generación de los
Niños de las Estrellas. Sin embargo, en Atlántida, para la co-creación del
nuevo Plan, solamente volvieron a la
Tierra 33 parejas de Kumaras Llamas Gemelas, que sostuvieron
su unión tántrica para engendrar a los Niños de las Estrellas en la Ciudad Blanca de la Selva Mosquitia y
en la Ciudad Blanca
de Luxor Egipto.
Les contamos esta historia porque es
importante que recuerden, ustedes son aquellos Niños de las Estrellas cuyos
padres estelares les recibieron en amor en las ciudades blancas de la Luz. Y si bien, con el paso
de las eras los Niños de Luz perdieron la conexión con su esencia y generaron
un profundo karma colectivo a través de la caída de la consciencia en Atlántida
y en civilizaciones posteriores. En estos tiempos la Luz de esta familia estelar ha
comenzado a renacer para que desde el Amor, retomen el Plan original de la Tierra.
AROMANÉ es el Disco Solar que resguarda esta historia y a través de
la reconexión de su Disco Solar personal se reabrirá en su memoria el recuerdo
de la unión perfecta entre la
Diosa y el Dios que viven eternamente en su corazón. Este
recuerdo surgirá a través de la redención en amor de la energía masculina, pues
hace miles de años la amorosa y eterna unión de la Diosa y el Dios manifestada
en la Tierra a
través de la unión de las Llamas Gemelas se fracturó, debido a la caída de la
conciencia masculina influenciada por la búsqueda de poder y el abuso de la
energía sexual. Esto comenzó a ocurrir en la época final de Atlántida y se
prolongó en Egipto, cuando los Padres y Madres Kumaras intentaron reconstruir
la luz que la humanidad había perdido tras la caída Atlante. Miles de Niños de
las Estrellas perdieron la conexión con su Luz y se dejaron llevar por el
poder, generando la memoria dolorosa que hoy continúan limpiando. Grandes
huellas etéricas dejó en la humanidad la traición de la energía masculina, que
en su búsqueda para saciar su hambre de poder, se desprendió del amor eterno de
su compañera divina, generando así la pérdida de la memoria del amor verdadero
y la desconexión de la divinidad.
La energía masculina del planeta
necesita reconocer a la Diosa
y rendirse ante ella. Reconocer que sin la unión perfecta de la Llama Gemela del
corazón ninguna elevación espiritual puede ocurrir. Pues es solamente ante el
reconocimiento de los aspectos sagrados que hay en ti que podrás fundirte de
nuevo con la Divinidad.
Si el masculino no reconoce la existencia del arquetipo
femenino, difícilmente encontrara su sanación absoluta. Y si el femenino no
perdona y Ama incondicionalmente al masculino, la memoria Planetaria
difícilmente se sanará. A través del reconocimiento amoroso de la Diosa en ti, sanaras los
arquetipos antiguos de poder manifestados en tu energía masculina y con ello,
la historia de la separación se sanará a través de los tiempos.”
Undécimo filamento
de ADN: Antares y los niños de luz
“… Les hemos contado un poco acerca de
la historia de los Padres cósmicos conocidos como Kumaras. Ellos trajeron a la Tierra la manifestación
física del linaje galáctico a través de su unión. En esta ocasión el Disco
Solar AROMANÉ y la Tabla
de Helios les revelan la energía del filamento de ADN contenido en su interior,
este filamento corresponde a la raza galáctica de ANTARES y yo, Serapis Bey soy
un representante de esta raza. Antares es el hogar sagrado de los Pegasos y
Unicornios, así mismo dentro de la Conciencia Cetácea
las Belugas y los narvales (los unicornios del mar) también esta asociados a
Antares. Antares es la estrella de la inocencia. Nosotros resguardamos el plan
del amor infinito y la conexión de las Llamas gemelas. Los Pegasos y los
Unicornios se encargan de sanar las heridas profundas generadas por la
separación del sagrado femenino y masculino. A través de la reactivación de
este filamento de ADN ustedes recibirán la Luz que proviene de Antares para su reconexión
con El Niño Divino y la inocencia pura del amor incondicional entre la llama
femenina y la llama masculina…”
Texto extraído del artículo Activación del Undécimo Disco Solar: La Ciudad Blanca y los Niños de
las estrellas – Canalización de
dichos de Serapis Bey, publicado por Ciudad Virtual de la Gran Hermandad Blanca /
No hay comentarios:
Publicar un comentario