Donde se curva el tiempo (ese otro acantilado),
la bruma miente el Cíclope [2], despierto ya en Fisterra.
Y en lo oscuro hay un dios que abre el mar y lo cierra
buscando esa pirámide que aún no lo ha olvidado.
La noche es de los cráteres, las meigas
y la luna.
¿Será un lobo o un hombre el que escapó desnudo?
La guarida del fuego donde deshizo el nudo
dos entradas tenía; salidas, sólo una…
Somos los tristes pájaros que anidan en el viento,
sin otoños ni armerias [3], sin párpados ni trinos.
Fuimos los magos rojos [4] de un sueño de cristal
hundido en el Ocaso como un volcán violento,
uranio atroz y eco de falsos adivinos
que esperan en la ergástula de una eterna espiral…
Quizás oigan las Pléyades el canto de sus muertos,
y avisten la ballena sus ojos siempre abiertos.
GUSTAVO ARITTO
Poema incluido en LA ESPIRAL DE FUEGO: Siete palimpsestos del caos, Bs. As., 2008.
[1] Islas
situadas frente al Cabo San Adrián, en la costa de Galicia. Son tres, Grande,
Chica y Malante, más algunos islotes. Es un ventoso paraíso ornitológico.
[2] La Torre de
Hércules.
[3] Armeria marina (“hierba
de amor”) y Anmeria pubigera. Son de
tonalidad rosada.
[4] Según ya se anotó antes, se trata de los atlantes
pertenecientes a la raza roja (los hubo también blancos y amarillos) que
ejercieron sus artes de taumaturgos y brujos en los declinantes tiempos finales
de la Atlántida. La corrupción moral afectó, según el esoterismo cosmológico,
sus prácticas sociales y sexuales, y los indujo a emplear tecnología y saberes
que exigían un grado evolutivo superior. Los transplantes, los experimentos
genitales y sobre todo la manipulación molecular del ADN humano fueron paradigmáticos.
El auricalco (también oricalco), que aparece más abajo, fue un
metal mejor reputado que el oro; se sostiene que su nombre está emparentado con
herakleitos, que recayó en Heracles
(o Hércules). También el nombre griego de Kronos
se ve vinculado a Coruña. Aparte de
todo esto, según la cosmología multidimensional, fueron los lemurianos, que
habitaron el continente perdido de Mu, supuesto en el Pacífico, los primeros en
mutar en hombres-pájaro, y así los conocieron sus sucesores en el planeta, los atlantes.
Por su parte, el motivo de la licantropía está aquí enlazado con el nudo de Salomón y cierta simbología
iniciática cabalística.
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