La voz misteriosa de
Geoffrey of Monmouth,
History of the Kings of Britain
(historia de los reyes de Bretaña)
(ca. 1136)
“Entonces Brutus llamó a la isla Bretaña[i] a partir de su propio nombre, y a sus camaradas los llamó él Britones. Su intención fue que su
memoria se perpetuara gracias a la procedencia del nombre. Poco después, la
lengua de la gente, que había sido hasta entonces conocida como Toyano o Griego
Torcido, se llamó Británico, por la
misma razón.
[…]
Cuando el líder arriba nombrado, Brutus, hubo
construido la ciudad sobre la que les he contado, se la enseñó a los ciudadanos
según su derecho a herencia, y los hizo de un código de leyes mediante el cual
podrían vivir juntos en paz. En aquel momento el sacerdote Eli estaba detentando
el gobierno de Judea y el Arca de la
Alianza fue capturada por los filisteos. Los hijos de Héctor
reinaban en Troya, ya que los descendientes de Antenor habían sido desplazados.
En Italia reinaba Eneas Silvius, hijo de Eneas y tío de Brutus, el tercero de
los reyes latinos.
[Part One:
Brutus ocupies the Island of Albion (Parte I: Bruto ocupa la Isla de Albión)]
“Entretanto Bruto había
consumado su matrimonio con su esposa Ignoge. De ella tuvo él tres hijos
llamados Locrinus, Lamber y Albanactus, todos ellos habrían de hacerse famosos.
Cuando su padre finalmente murió, en el año veintitrés después de su
asentamiento en la tierra, estos tres hijos lo sepultaron dentro de las
murallas de la ciudad que él había fundado. Dividieron el reino de Bretaña
entre ellos de manera tal que cada uno sucediera a Brutus en un respectivo
distrito. Locrinus, que era el primogénito, heredó la parte de la isla que fue
posteriormente llamada Loegria por él. Lamber recibió la región que se ubica
sobre la otra orilla del río Severn, la parte que hoy es conocida como Gales [Wales] pero que fue durante largo
tiempo después de su muerte llamada Cambria a partir de su nombre. Como
consecuencia, el pueblo de aquel país todavía se llama hoy a sí mismo cambrio[ii] en lengua galesa. Albanactus,
el más joven, se quedó con la región que actualmente se llama Scotland [Escocia] en nuestra lengua. Él la llamó
Albano, a partir de su propio nombre.”
[Part Two: Befote de Romans came (Parte II: antes de que llegaran
los romanos)]
“Yvor e Yni[iii] recogieron algunas naves
en un grupo. Reunieron a todos los hombres que pudieron e hicieron un
desembarco en la isla. Durante setenta y nueve años hostigaron al pueblo inglés
con sus salvajes ataques, pero de poco les valió. En verdad, la plaga de la
cual les hablé, el hambre y su propio inveterado hábito de la discordia civil
habían hecho que su orgullosa gente degenerara a tal grado que no fuese ya
nunca más capaz de mantener a sus enemigos a raya. Dado que el elemento extranjero
a su alrededor se volvió más y más poderoso, se les dio a ellos el nombre de
Galeses [Welsh] en vez de britones:
derivando este vocablo tanto de su líder Gualo como de su Reina Galaes, o acaso
también del hecho de ser tan bárbaros.”
[Part Eight: The
Saxon domination (Parte VIII: la dominación sajona)]
Textos extraídos de Greofffrey of Monmouth, The
History of the Kings of Britain (título
original: Historia Regum Britanniae = historia de los reyes de Bretaña);
tradcción al inglés y edición crítica de Lewis Thorpe, Penguin Books, Middlesex,
1966, p. 72 / 74, 75, 284.
♦♦♦♦♦
Apologías y rechazos de
Gerald of Wales (Giraldus Cambrensis),
The Description of Wales
(descripción de Gales)
(1191)
“Se cree que la lengua
galesa es más rica, más cuidadosamente pronunciada y preferible en todo sentido
en el norte de Gales, ya que esa área tiene, por lejos, menos extranjeros.
Otros sostienen que Cardiganshire, en el sur de Gales, es mejor articulada y
resulta más admirable, dado que está en el medio y el corazón territorial de
Gales. Tanto en Cornwall como en la
Bretaña armoricana [Brittany]
se habla prácticamente la misma lengua que en Gales. Proviene de la misma raíz
y resulta entendible en muchos casos a
los galeses, o en casi todos. Es más áspera y se la pronuncia con menos
claridad, pero probablemente más próxima al habla británica original, o al
menos eso pienso yo. Del mismo modo, en las zonas sureñas de Inglaterra, y
específicamente en Devon, el habla es más pura que en ninguna otra parte. Bien
puede ser que ella retenga más aspectos de la lengua original y de los antiguos
modos de hablar inglés, mientras que las regiones del norte, han sido
enormemente corrompidos por las invasiones danesa y noruega. Se tiene prueba de
esto y, en verdad, puede estarse seguro sobre ello, siendo que se podrá
verificar que, cuando Beda, Rhabanus Maurus, el rey Alfredo y muchos otros
semejantes escribieron en inglés, utilizaron este dialecto particular.[iv]”
[Book I, Chapter
6: The fertility of Wales and its attractiveness (Libro I, Cap. 6: la
fertilidad de Gales y sus atractivos)]
“Cambria tomó su nombre
del líder Camber, que era el hijo de Brutus. Brutus era una descendiente de
Eneas, siendo su padre Silvius y su abuelo Ascanius. Fue Brutus quien condujo a
los últimos de los troyanos a esta isla occidental, después de haber caído en
cautiverio en Grecia. Los gobernó él pacíficamente por muchos años, y, al
morir, le dio su nombre al país y a su pueblo. Dividió el reino de Bretaña
entre sus tres hijos. A Locrinus, el mayor, le dio la zona media, desde el
Humber hasta el Severn, y se llamó a esto Loegria por él. A su hijo más joven,
Albanactus, le dio el territorio al norte del Humber, que entonces adoptó el
nombre de Alabania. A Camber, su segundo hijo, le legó el territorio al oeste
del Severn, ahora conocido como Cambria. Tal y como el nombre correcto del país
es Cambria, así su pueblo debería llamarse Cymry o Cambrense. Hay quienes dicen
que su lengua es denominada Cymric, la ‘lingua Kambrica’, a partir de ‘cam
Graeccus’, que significa Griego Torcido [Croocked
Greek] debido a la similitud de las dos lenguas, provocada por su larga
estadía en Grecia. Es éste un argumento posible y es probable, pero yo no creo
que ésa sea la derivación correcta.
El nombre Gales [Wales] no proviene del de un líder
llamado Walo, o de una reina llamada Gwendolen, como equivocadamente se nos
dice en la fabulosa History de
Geofrrey of Monmouth, que no se hallarán ninguno de estos entre los galeses que
hayan vivido jamás. Aquél deriva de uno de los vocablos bárbaros introducidos
por los sajones al tomar el reino de Bretaña. En su lengua los sajones aplican
el adjetivo ‘vealh’[v]
a cualquier cosa foránea, y, dado que los galeses eran sin duda gente foránea
para ellos, así es como los sajones los llamaron. Hasta el día de hoy nuestro
país continúa llamándose Wales (Gales) y nuestro pueblo Welsh (galés), pero son
éstos términos bárbaros. [vi]”
[Book I, Chapter 7: The origin of the names Cambria
and Wales (Libro I, Cap. 7: el origen de los nombres Cambria y Gales)]
“El incesto es
extremadamente común entre los galeses, lo mismo en las clases más bajas que
entre la gente mejor educada. ‘No hay temor de Dios delante de sus ojos’ (Salmo
XIII, Vulgata), y no experimentan
hesitación o vergüenza en contraer matrimonio con mujeres en parentesco con
ellos de cuarto o quinto grado, y a veces incluso primos terceros. La excusa
usual para abusar de los mandatos de la Iglesia de ese modo es su deseo de poner fin a
algún litigio familiar o lo que sea… Otra razón dada para casarse con mujeres
de su propia familia es su alto respeto por la ascendencia noble, que tanto
significa para ellos. La mayoría de ellos se resisten a casarse con nadie de
otra familia, la que, en su arrogancia, consideran eventualmente inferior en
ascendencia y sangre. En la mayor parte de los casos se casarán con una mujer
sólo después de vivir con ella por un tiempo, asegurándose así que ella
resultará una esposa adecuada, en disposición, cualidades morales y la destreza
para criar hijos. Han mantenido durante largo tiempo la costumbre de comprarles
muchachas jóvenes a sus padres, bajo cláusula penal en caso de que ellas se
escapen, no, en principio, con vistas a casarse, sino simplemente para convivir
con ellas.
[…]
Estos dos abusos, el
incesto y la transferencia de beneficios clericales de padre a hijo, fueron
alguna vez muy comunes en la
Bretaña armoricana y, por cierto, todavía lo son…”
[Book II, Chapter 6: The crime of incest, and the
abuse by which church livings are both shared and handed down from father to
son (el crimen del incesto, y el abuso por el cual los beneficios de la Iglesia son compartidos y
transferidos de padre a hijo)]
“… En The History of the Kings of Britain se
lee de Malgo, rey de los britones, que practicaba la homosexualidad, y muchos
otros junto con él.[vii]
Por mucho tiempo este
vicio ha cesado entre los galeses, y casi nadie puede recordarlo. Sostienen que
su tiempo de arrepentimiento está por terminar, y que, gracias a sus guerras exitosas
y su incautación de territorios nuevos, ellos han aumentado, en nuestros
propios días, en población, resistencia y poder armamentístico. Como
consecuencia, se ufanan de, y confidencialmente predicen, que pronto reocuparán
toda la isla de Bretaña. Según las profecías de Merlín, la ocupación extranjera
de la isla llegará a su fin y los forasteros mismos serán destruidos. Los
galeses serán entonces llamados otra vez Britones y disfrutarán de sus antiguos
privilegios.
En mi opinión esto es
completamente erróneo. Es un adagio veraz que:
La resistencia se debilita cuando las cosas siempre siguen
nuestra dirección:
El mismo poeta escribe:
Donde a los medios les falta la libido [sic] no pueden prosperar jamás;
El hecho de que los
galeses hayan depuesto ahora la homosexualidad, la que no eran capaces de
resistir en sus días más prósperos, se debe atribuir, no al mejoramiento de su
moral, sino a su indigencia ahora que están exiliados y expulsados del reino de
Bretaña. ¿Cómo pueden decir que han hecho penitencia y han más que pagado la
pena, cuando aún los vemos hundidos en el pecado y en un profundo abismo de
vicios: perjurio, robo, pillaje, rapiña, asesinato, fratricidio, adulterio,
incesto, y atrapados y enredados con obstinación en fechorías, que se vuelven
peores según pasan los días?...”
[Book II, Chapter 7: The sins of the Welsh, through
which they lost first Troy and the Britain (Libro II, Cap. 7: los pecados
de los galeses, a través de los cuales perdieron primero Troya y luego
Bretaña)]
“Entre los galeses hay
ciertos individuos llamados ‘awenyddion’ que se comportan como si estuviesen
poseídos por demonios.[x] No se los halla en ninguna
otra parte. Cuando se los consulta acerca de algún problema, ellos
inmediatamente entran en un trance y pierden control de sus sentidos, como si
estuviesen poseídos. No responden a la pregunta efectuada de modo lógico
alguno. Las palabras fluyen de su boca, incoherentemente y, en apariencia, sin
significado y sin ningún sentido en absoluto, pero de todas formas bien
expresadas: y si se escucha cuidadosamente lo que dicen, se recibe la solución
al problema de uno. No bien todo acaba, se recuperan de su trance, como si
fuesen personas comunes despertando de un sueño pesado, pero se tiene que darles
un buen sacudón antes de que recobren control de sí mismos. Hay dos cosas raras en torno a todo esto: cuando
ellos han dado su respuesta, no se recuperan de su paroxismo salvo que sean
sacudidos violentamente y forzados a volver en sí de nuevo; y cuando retornan a
sus sentidos, no pueden recordar nada de lo que dijeron en el intervalo. Si por
casualidad se les pregunta una segunda o tercera vez sobre el mismo asunto,
ellos dan respuestas completamente diferentes. Es posible que estén hablando a
través de dominios que los poseen, espíritus que son ignorantes y, no obstante,
de alguna manera, inspirados. Parecen recibir este don de adivinación a través
de visiones que tienen en sus sueños. Algunos de ellos tienen la impresión de
que miel o leche azucarada está siendo untada sobre su boca; otros dicen que
una hoja de papel con palabras escritas en ella es presionada contra sus
labios. Tan pronto como son despertados de su trance y han vuelto en sí después
de haber profetizado, eso es lo que dicen que ha ocurrido. Es algo bastante
similar a lo que Esdras escribió sobre sí mismo: ‘Pon atención, me llamó una
voz, Esdras: abre tu boca. Entonces abrí yo mi boca, y, pon atención, me
extendió una copa colmada, que estaba llena como con agua, pero su color era como
el fuego. Y cuando hube bebido de ella, mi corazón pronunció entendimiento, y
sabiduría creció en mi pecho.’ (2 Esdras,
XIV. 38)
Cuando están ellos
entrando en trance, invocan al Dios verdadero y viviente, y a la Sagrada Trinidad ,
e imploran que sus pecados no puedan eventualmente impedirles revelar la
verdad.
Sólo muy raramente se
encontrarán adivinos de este tipo entre pueblos que no sean los britones, y,
por supuesto, los troyanos, de quienes ellos descienden. En Troya, en los
tiempos del sitio de aquella noble ciudad, había dos adivinos dotados con el
espíritu de profecía: Calcas y Casandra, quienes predijeron claramente la
destrucción pronta a llegar. El efecto de esto fue que el hijo de Príamo,
Heleno, quien era el alto sacerdote de ellos, fue a visitar a los griegos en el
primer año del sitio, trayéndose a Calcas consigo, porque él tenía en su poder
ciertos libros proféticos escritos por el propio Calcas y por unos cuantos
adivinos más antiguos, en los cuales se predecía la caída de Troya…
Del mismo modo, en
momentos en que el reino de [la
Gran ] Bretaña aún existía, los dos Merlines, Celidonio y
Ambrosio, uno y otro predijo su destrucción, y la llegada primero de los
Sajones y más tarde de los Normandos…”
[Book I, Chapter
16: Welsh soothsayers, who behave as if they are possessed (Libro I, Cap.
16: adivinos galeses, comportándose como si estuviesen poseídos)]
Textos extraídos de Gerald of Wales, The
Description of Wales, en The Journey through Wales / The Description
of Wales (el viaje a través de Gales / descripción de Gales);
traducción al inglés y ed. crítica de Lewis Thorpe; Pengun Books, Suffolk,
1978, p. 230-232 / 246-248.
◘◘◘◘◘◘◘
“En la Gales romana, el patrón gira
en torno a los poblados (Caerwent y Carmarthen) y una red interconectada de
fuertes, con una importante base legionaria en Caerleon y un importante fuerte
en el norte, en Segontium (Caernarvon). Dentro de esta red militar se
mantuvieron fortificaciones de altura construidas en la Edad de Hierro, algunas de
las cuales estaban aún ocupadas durante el período romano, y cascos de granja,
de los que el más característico del período estaba construido en piedra y
colocado junto a otras edificaciones adentro de un recinto amurallado en
piedra.
El patrón general sugiere que la
administración romana tuvo una considerable influencia sobre el período
post-romano. Las evidencias comprenden el destino de poblados y fuertes, la Iglesia , fortificaciones
de altura, viviendas y diversas piezas de evidencia histórica que incluyen
nombres personales y topónimos y piedras de cementerio.
[…]
Es difícil estimar el grado de
involucramiento romano en radicación de administraciones locales en Gales. Parece probable que la contribución romana
fuera la de ‘regularizar’ a líderes emergentes y encauzarlos hacia actividades
en beneficio de la provincia otorgándoles títulos y poderes específicos. En
este contexto, se puede citar un gran número de figuras cuasi-históricas o
históricas – en particular Maxen Wledig y Germanus. El primero ha sido
identificado con Magnus Maximus, y el último fue un soldado del siglo V y
obispo de Auxerre que dirigió una misión a Bretaña.
A Magnus Maximus se lo honra en la
tradición galesa medieval por haber realizado cosas de importancia para Gales,
y es, de hecho, el héroe del mito de Maxen Wledig en el Mabinogion. Una de las cosas que pudo haber hecho por Gales fue
justamente esta ‘regularización’. Esto explicaría por qué su nombre aparece en
tantas genealogías de los reinos galeses posteriores.
John Morris sugirió que Germanus fue
un oficial del ejército romano despachado a fin de establecer una
administración en Upper Deeside, donde se puso Catellius (esto es, Catel) a
cargo de la administración de ‘pagenses’ de la Cornovian interior,
quienes se convirtieron en el subsiguiente pueblo de Powys. Para hacerlo,
Germanus tuvo que sofocar a Benlli, un gobernante local que operaba
posiblemente desde Foel Fenlli, una fortificación de altura que lleva su
nombre, y conducir una campaña contra un consorcio picto-sajón que trataba de
establecer una base en Gales que terminó en la Alleluia Victory
de 429…”
Lloyd & Jennifer Laing, Celtic Britain and Ireland: The Myth of
Dark Ages[xi]
“Gran
Bretaña pareció escapar, en un principio, a la conquista romana: la
civilización y el arte celtas se mantuvieron. Las dos expediciones de César y
las del tiempo de Calígula, fueron incursiones efímeras. Pero bajo el imperio
de Claudio, en el año 43, los romanos se establecieron de manera perdurable: se
levantaron fortalezas en la parte occidental de la isla. Una expedición
conquistó el santuario de la isla de Anglesey, famoso en el mundo celta.
Después de algunos levantamientos, en cuya represión se distingue Vespasiano,
el famoso Agrícola, suegro del historiador Tácito, gobierna Britannia desde el
año 78, y completa la conquista. Es él quien concibe la idea del famoso
‘Vallum’, foso fortificado que bajo Adriano y Antonio, y con diferentes trazados,
protege la nueva conquista. Se sigue aquí la misma política que en Galia, y aun
con resultados notables; en las ciudades se habla latín. La influencia de la
lengua latina sobre la britana ha sido estudiada y demostrada de modo magistral
por Keneth Jackson.
Las
legiones romanas de Britannia defienden el país contra los pueblos celtas no
romanizados de la Escocia
actual (a la que han dado su nombre los ‘scoti’, irlandeses gaélicos), y contra
el Oeste. No es imposible que el nombre Arturo, el famoso jefe legendario del
mundo celta, haya sido el de Artorius, jefe de una legión romana.
Los
ataques de los pictos se rechazan con dificultad, a pesar del vallum. El nombre
de Máximo, pretendiente de Bretaña al trono imperial en el siglo IV, es el de
‘dux Britannorum’. Teodosio lo vence en el año 387, pero su nombre se conserva
en una de las bellas leyendas galesas: el ‘Sueño de Maxen’…
[…]
Gran
Bretaña fue evangelizada en condiciones análogas a las de Galia: esta acción
debía estar casi concluida cuando, a mediados del siglo V, dice la leyenda, un
jefe britano, Vortigern, amenazado por los pictos, que eran sin embargo celtas
o celtizados, llamó en su auxilio a los sajones. Pero traicionado por los que
él mismo llamara, Vortigern huyó al país de Venedotia, Gwynedd o Gales del
Norte, cuyos reyes, establecidos en la isla de Alglesey, se habían formado en
la guerra por sus luchas permanentes contra los irlandeses o escotos, y los
pictos.
[…]
El
País de Gales tuvo un destino semejante [al de Escocia]:
después de sus luchas contra los goidels de Irlanda, que se establecieron en el
actual país de Gales e hicieron incursiones en su territorio, los britanos de
Gran Bretaña debieron soportar la invasión, más poderosa y más prolongada, de
los sajones. Como ya lo hemos dicho, parece que acudieron al llamado imprudente
del rey Vortigern. La presión sajona se ejerció en toda la Gran Bretaña con modificaciones
bastante profundas: a fines del siglo VII, los britanos estaban refugiados en
el actual país de Gales y en los condados vecinos, en la región llamada
Domnonea que corresponde al actual Devonshire, en la Cornwall de Gran Bretaña
y en el Strathclyde, de que ya habláramos antes. Pero esos combates despertaron
el patriotismo britano, y la leyenda de Arturo – que lo hace vivir en el siglo
VI – simboliza el espíritu de resistencia y lucha que se descubre en toda la
literatura britana. El pequeño reino de Gwynedd, al norte del país, que
comprendía el importante establecimiento de Mon (Anglesey), el actual condado
de Caernarvon y el macizo de Snowdon, fue uno de los centros de la lucha. Los
reinos de Powys, Gwent, Dyved (éste ocupa la parte meridional del país, actual
Pembroke), y Dehenbart, resistieron también con valentía a los conquistadores
sajones… A pesar de algunas tentativas de unificación hechas por el primer
Rodhri, los sajones avanzaron hacia el oeste: en la segunda mitad del siglo
VIII, las actuales ciudades de Worcester, Gloucester, Hereford y Shrewsbury se
transformaron en plazas de armas contra los celtas…”
Jean Marx, Las literaturas célticas[xii]
●●●●●●●●●●
La voz del poeta
Canción del viento
(tradicional galés atribuido a)
Taliesin
Resuelve
esta adivinanza, si es que puedes:
yo
era antes que el diluvio de Dios
sin
carne ni vena ni hueso
sin
cabeza, faltándome pies dando zancadas ando
hijo
de la nada, nunca nacido
cuando
mi aliento se detiene, no estoy muerto
ni
más viejo ahora, ni joven alguna vez
no
he menester de bestia ni de hombre…
blanqueador-del-mar,
penetrador-de-los-bosques
sin
manos toco yo todo un prado
socio
del Tiempo, imbuido de Juventud
extenso
como la extensa tierra extensa es
sin
parangón, sin maestro, jamás prisionero
sin
terruño, invisible y ciego
solitario
y descarado
gentil,
con tendencia asesina, y sin pecado
no
soy reparador del desorden
soy
húmedo y seco y débil y fuerte
¿qué
soy, que acoge lo frío de la luna
y
el fervor del sol?
[De
la traducción inglesa, a partir del original en galés, de Robin Williamson][xiii]
[Versión castellana de
todos los textos en inglés aquí reunidos, notas y comentarios, destinados a su
exclusiva lectura en este blog: G.
Aritto / 2015.]
[i] “Britain”, y,
enseguida, “Britons” y “British” en la versión inglesa. Respecto de los
apelativos que se mencionan como desplazados, “Crooked Greek” es traducción del
latín “curvum Grecum” de Geoffrey, que permite deducir “Griego doblado /
curvado / torcido”, o también “— desviado / sinvergüenza / sucio” (las
bastardillas en el texto son mías.)
[iii] Hijo y sobrino, respectivamente, de
Cadwallader, que sucedió a su padre Cadwallo como rey de los britones. Yvor e
Yni gobernaron sobre el remanente britón en Gales.
[iv] Beda, desde luego, era un northumbrio,
Alfred nació en Wantage, y Rhabanus Maurus of Fulda llegó a ser Obispo de
Mainz. Tomado en general, no tiene demasiado sentido. [N del Ed.]
[v] Se cree entender "veal", ya en anglonormando, "ternera", connotando su carácter de preparación alimentaria.
[vi] Gerald, polemista de alma si los hubo,
traba aquí (y en otras muchas partes) una batalla singular con Geoffrey of
Monmouth, a quien, paradójicamente, está siguiendo palmo a palmo al escribir
este capítulo. Como oportunamente apunta el editor (Lewis Thorpe, el mismo de
mi edición de Monmouth que estoy usando acá), copia mal el latín de su paisano:
“… linguam Kambricam, a Kam Gracco, hoc
est, distorto Gracco…” (= lengua cámbrica, derivado de Kam Graeco, esto es,
Griego torcido…”), cuando el texto de Geoffrey – como se acota en la nota 1 –
decía “curvum Grecum”. Parejamente dominado por el mismo dogmatismo autoritario
y prejuicioso, aunque insuflado de una magia inhallable en estos textos, surgió
de su intelecto el fascinante racconto
The
History and Topography of Ireland (historia y topografía de Irlanda),
que me acompaña siempre traducido al inglés por John J. O’Meara (Penguin Books,
Suffolk, 1982). Es muy probable que muchas mentalidades “modernas”, alérgicas a
la imagen distorsionada, parcial y, sobre todo, sin sustento, que se dejaron
implantar en su cerebro en torno las culturas de la diversa Edad Media,
desconozcan por completo la asombrosa dinámica dialogística y de transacción de
discursos y textualidades que aquellos diez proteicos siglos de oscuridades y
destellos, de desprecio y apasionado olvido de sí, de exaltación del espíritu y
degeneración, de despojos y cuerpos santificados, desató en toda Europa hasta
su – sólo oficial aunque insincera - abolición “renacentista”.
[vii]
Geoffrey of Monmouth, op. cit., XI.7.
[viii] Ovidio, Ars Amatoria, II, 437-8.
[ix] Ovidio, Remedia Amoris, 749 y
746.
[x] Awenyddion
= poetas, de awen = originariamente,
frenesí oracular.
[xi] Celtic Britain and Ireland, AD 200-800: The Myth of Dark Ages (Gran Bretaña e Irlanda célticas, 200-800 D. C.: el mito de la
Edad Oscura ); 5. The Non-Romanized Zone of
Britannia, Wales (cap. 5: la zona no-romanizada de Britannia, Gales), p. 106
y110; Barnes & Noble, New York, 1997.
[xii] Buenos Aires, Eudeba, Cuadernos, 117,
1964; Introducción, I y III. Trad.:
B. Brottman; título original: Les
littératures celtiques (Paris, 1959).
[xiii]
Título en inglés: Song of the Wind.
Incluido en R. J. Stewart and R. Williamson, Celtic Bards, Celtic Druids (bardos celtas, druidas celtas), Part Two: The Sacred Head – Wisdom Through
Suffering – The Sacred King and Poet (Parte II: la cabeza sagrada –
sabiduría a través del sufrimiento – el rey y el poeta sagrados), p. 109. Se han respetado la disposición y la
(no) puntuación del traductor. Una versión inglesa mucho más extensa y que diverge bastante de la de Williamson puede leerse en la página indicada del sitio: http://www.maryjones.us/ctexts/t17.html
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