"Cuando hablamos del libre albedrío con
respecto a la personalidad humana…, ¿a qué nos referimos exactamente? Pues,
evidentemente, al hablar del libre albedrío sólo podemos hacer referencia a la
capacidad que posee el ser humano de “moverse dentro del círculo-no-se-pasa de
sus estados de conciencia habituales”. Más allá de este círculo existe una zona
de infinita inseguridad de la cual es absolutamente inconsciente, pero cuyas silenciosas
avenidas son esencia de libertad individual y, por tanto, de perfecta voluntad
de acción.
Encerrada la conciencia dentro del círculo
de sus propias limitaciones, sólo puede ser árbitro consciente de una pequeña
parte de su ser. A esta pequeña capacidad de decidir se le asigna
corrientemente el término 'libre albedrío', pero fuera de sus reducidas áreas
existen unas profundidades místicas de la más elevada trascendencia.
Quizás hayamos tenido alguna vez cierta
noción de estas profundidades, pero seguramente que la habremos rechazado
porque tales zonas 'no ofrecen seguridad alguna', al menos desde el ángulo de
visión de la conciencia particularizada. Se trata de unas áreas del ser
aparentemente vacías y sin aliciente alguno para nuestro ánimo habituado a las
seguridades de tipo concreto. Sin embargo, constituyen -desde el ángulo
esotérico- el refugio místico del Ser espiritual y en sus silenciosas entrañas
se gestan los nobles estímulos que conducen a lo eterno.
AGNI YOGA es el Sendero interno que trata
de conducir al ser humano desde el libre albedrío a la voluntad espiritual.
Convencido el discípulo de que su libre albedrío le impide remontarse a veces a
ciertas regiones superiores de la conciencia, empieza a invocar su voluntad más
dinámica e influyente. Como efecto de ello establece contacto con su Ser
superior, el Ángel Solar, dejando en manos de Éste su capacidad de libre
albedrío y la resolución de los problemas kármicos de la pequeña personalidad.
A este proceso superior que sólo puede ser seguido por las almas fuertes y
vigorosas se le denomina técnicamente 'de SUBSTITUClÓN'.
El Antakarana que vinculaba al alma humana
con el Ser superior o Ángel Solar fue creado en etapas anteriores mediante las
técnicas del RAJA YOGA. Ahora, sin embargo, hay que pasar de la etapa del
discípulo aceptado a la del discípulo en el Corazón del Maestro -utilizando
aquí una locución eminentemente esotérica. El RAJA YOGA nos ayudó a crear el
Puente de Luz del Antakarana. El siguiente paso a dar -y me doy cuenta de las
enormes dificultades que va a entrañar para los aspirantes espirituales del
mundo- es aprender a vivir sin Antakarana, pues este Puente de conexión
constituye todavía un anclaje de seguridad de la conciencia y, tal como
esotéricamente se dice al mencionar esta difícil etapa, hay que prescindir de
las fuerzas impulsivas de la mente que crearon los tramos sucesivos del
Antakarana y empezar a actuar de acuerdo con aquella Voluntad espiritual que
está libre por completo de todos los efectos naturales del tiempo.
De acuerdo con estas afirmaciones, podemos
aceptar lógicamente que penetrar en las zonas libres del Espacio cósmico donde
no existe seguridad alguna desde el ángulo de apreciación de la pequeña
personalidad, exigirá del discípulo una actividad psicológica completamente
nueva, ya que tendrá que partir constantemente de cero al enfrentar cualquier
problema individual o social o cualquier crisis de naturaleza kármica. Partir
de cero implica una renovación total de todos los impulsos humanos que
condujeron al estado actual de la conciencia. Las estructuras que la componen
son rígidas y condicionantes, ya que fueron erigidas sobres las bases de la
subconciencia racial o -tal como diríamos utilizando un conocido término
psicológico- sobre el inconsciente colectivo de la humanidad en sus múltiples
niveles de expresión.
Cada uno de los Yogas precedentes, el
HATHA YOGA, el BAKTI YOGA y el RAJA YOGA, los Yogas principales
correspondientes a las tres grandes Razas humanas, la Lemur, Atlante y la Aria,
desvaneció parte del contenido de tales niveles, restando progresivamente
gravedad o peso a estos sucesivos estratos del inconsciente colectivo dentro
del alma individual y al ser alcanzadas ciertas etapas en cada uno de los
Yogas, se crearon estructuras más sutiles como soportes del propósito espiritual
del alma. Así, pasar de estas estructuras sutilizadas al estado natural de la
conciencia de Síntesis, si bien no es una tarea imposible para el discípulo
espiritual, implicará como es lógico grandes dificultades pues durante el curso
de la acción deberá ser ampliamente desarrollado un nuevo sentido de percepción
-más allá de la mente conocida- que esotéricamente definimos como INTUICIÓN.
La INTUICIÓN es el vehículo del AGNI YOGA.
Desarrollar la Intuición ha de convertirse, por tanto, en el Sendero místico
del AGNI YOGA, siendo sus virtudes naturales la capacidad de registrar las
impresiones espirituales que provienen del plano búdico. He aquí, pues, que lo
que he tratado de decir desde el primer momento es que el AGNI YOGA es 'una
actividad que se desarrolla más allá de las ordinarias actividades del
pensamiento y de sus capacidades para crear imágenes mentales, es decir, un
proceso que se inicia cuando la mente como órgano de la conciencia deja de
funcionar. Pues la mente, como esotéricamente se sabe, es un simple receptáculo
de las energías superiores e inferiores del plano mental'. De acuerdo con la
evolución de la conciencia psicológica así será el desarrollo de la mente
individual. Puede contener simples residuos del pasado y ser un depósito de recuerdos
y pensamientos o puede estar tan enteramente libre de los efectos temporales
que sólo refleje la Verdad espiritual y la Voluntad suprema de Síntesis…
Bien, el problema que se le plantea al
discípulo en el Corazón del Maestro -y todos podemos serlo si realmente lo
deseamos- es cómo afrontar el dilema del gran vacío de inseguridad que
inevitablemente habrá de producirse dentro de la conciencia y cómo vencer, al
afrontarlo, la potente atracción del pasado individual con todos sus deseos,
esperanzas y temores. De cada uno de estos principales Yogas raciales han
surgido, como ramas del mismo árbol, todos los demás Yogas existentes.
Dijimos anteriormente que las actividades
tendientes hacia Síntesis deberían ser de la naturaleza de la propia Síntesis,
entendiendo por Síntesis la expresión de un gran equilibrio en la vida de la
personalidad humana. Y sólo será posible llegar a este mágico equilibrio dentro
del corazón evitando que la mente, que es el soporte de la razón y del
entendimiento, se ocupe de las pequeñas cosas que amontonadas dentro del ser
constituyen las bases del desequilibrio existente, así en el individuo como en
la sociedad. El problema, por tanto, no es el de cómo armar la mente para una
nueva actividad o para vencer en una nueva batalla o en un nuevo
enfrentamiento, sino desguarnecerla por completo de cualquier tipo de actividad
o de agresividad, pues sólo una mente realmente silenciosa y serenamente
expectante, auténticamente solitaria, podrá captar las intuiciones superiores
que provienen de las regiones búdicas llevando un auténtico mensaje celeste al
corazón humano. La mente debe ser el espejo fiel de la Realidad atemporal que
trata constantemente de revelarse. Los Misterios iniciáticos vienen a ser como
oleadas de luz y de vida que provienen de aquellos excelsos niveles en donde la
Realidad divina convertida en Voluntad ígnea dentro del Corazón humano se
convierte en el AGNI YOGA, en el perfecto equilibrio de la acción coordinada de
la Razón y del Amor."
Fuente: http://hermandadblanca.org/
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