Más allá del tiempo
(Conversaciones con David Bohm)
[2]
De Cap. 12:
La mente en el universo
“KRISHNAMURTI:
Hablábamos el otro día de una mente que está por completo libre de todo
movimiento, de todas las cosas que el pensamiento ha puesto ahí: el pasado, el
futuro, etc. Pero antes de que sigamos examinando eso, quisiera que
discutiéramos las razones por las que el hombre está aprisionado en actitudes
y valores materialistas; y también quiero preguntarle cuál es la naturaleza del
materialismo.
DAVID BOHM: Bueno, ante todo, materialismo
es el nombre de cierta doctrina filosófica...
K: No es a eso que me refiero. Quiero explorar
esto.
DB: La materia es todo lo que existe.
K: O sea, que la naturaleza y todos los seres
humanos reaccionan físicamente. Esta reacción es alimentada por el pensamiento.
Y el pensamiento es un proceso material. Por lo tanto, la reacción en la
naturaleza es una respuesta materialista.
DB: Creo que la palabra 'materialista' no es del
todo exacta. Digamos que es la respuesta de la materia.
K: La respuesta de la materia; expresémoslo de ese modo. Es
mejor. Estamos hablando acerca de tener una mente vacía, y hemos llegado al
punto en que el muro ha sido derribado. Este vacío y lo que se encuentra más
allá del vacío o a través de él... ya llegaremos a eso, pero antes de hacerlo,
pregunto: ¿Es materia toda reacción?
DB: Es materia en movimiento. Podría decirse que
hay evidencia a favor de eso, que la ciencia ha descubierto que un enorme
número de reacciones se deben a los nervios.
K: ¿Diría usted, entonces, que la materia y el
movimiento son las reacciones que existen en toda la materia orgánica?
DB: Sí, toda la materia, tal como la conocemos, se
rige por la ley de acción y reacción. Cada acción tiene una reacción
correspondiente.
K: Por lo tanto, acción y reacción son un proceso
material, como lo es el pensamiento. Ahora bien, la cuestión es ir más allá de
eso.
DB: Pero antes de afirmar algo así, digamos que
algunas personas podrían pensar que no hay ningún sentido en ir más allá. Esa
sería la filosofía del materialismo.
[…]
K: … Ahora hemos llegado al punto de preguntarnos
si esta cualidad del vacío no es una reacción. ¿De acuerdo, señor? Antes de ir
más lejos, ¿es posible tener una mente que de veras esté completamente vacía de todas las cosas que el pensamiento ha
acumulado?
DB: De modo que el pensamiento cese de actuar.
K: Así es.
DB: Por un lado, tal vez uno pudiera decir que la
reacción se debe a la naturaleza de la materia, la cual continuamente está
reaccionando y moviéndose. ¿Pero entonces la materia es afectada por este
discernimiento?
K: No le entiendo bien. ¡Ah, sí, ya comprendo!
¿Afecta el discernimiento las células del cerebro que contienen la memoria?
DB: Sí. La memoria está reaccionando
continuamente, se está moviendo, como el aire, el agua y todo lo que nos rodea.
K: Después de todo, si no reacciono físicamente,
estoy paralizado. Pero estar reaccionando continuamente, es también una forma
de parálisis.
DB: Bueno, ¡la forma impropia de reacción! La
reacción en torno a la estructura psicológica. Pero si damos por sentado que
la reacción en torno a la estructura psicológica ha comenzado con la
humanidad, ¿por qué debería terminar alguna vez? La reacción produce otra
reacción y otra y otra, y entonces cabria esperar que eso continuara para
siempre y que nada lo detuviera.
K: Solamente el discernimiento en la naturaleza
de la reacción, termina con la reacción psicológica.
DB: Entonces usted sostiene que la materia es
afectada por el discernimiento, el cual está más allá de la materia.
K: Sí, más allá de la materia. Este vacío, ¿se
encuentra, entonces, dentro del cerebro mismo? ¿O es algo que el cerebro ha
concebido como un estado de vacío? Uno debe ser muy claro al respecto.
DB: Sí. Pero cualquier cosa que discutamos, no importa
cuál sea el problema, el pensamiento empieza a querer hacer algo al respecto,
porque siente que siempre puede hacer una contribución.
K: De acuerdo.
DB: En el pasado, el pensamiento no comprendió que
no tenía ninguna contribución útil que hacer, pero ha continuado en el hábito
de decir que el vacío es muy bueno. Por lo tanto, el pensamiento dice: 'Trataré
de producir el vacío'.
K: Por supuesto.
DB: ¡El pensamiento trata de ser útil!
K: Ya hemos pasado por todo eso. Hemos visto la
naturaleza del pensar, su movimiento, el tiempo y todo eso. Pero ahora quiero
descubrir si este vacío está dentro de la propia mente, o si está más allá.
DB: ¿Qué entiende usted por mente?
K: La mente es todo: las emociones, el
pensamiento, la conciencia, el cerebro; la totalidad de eso es la mente.
DB: La palabra 'mente' ha sido usada de muchas
maneras. Ahora usted la está usando en el sentido de que representa el
pensamiento, el sentimiento, el deseo y la voluntad, todo el proceso material.
K: Sí, todo el proceso material.
DB: ¡Que la gente ha denominado no‑material!
K: De acuerdo. Pero la mente es todo el proceso
material.
DB: Que se desarrolla en el cerebro y en los
nervios.
K: En toda la estructura. Uno puede ver que esta
reacción materialista puede terminar. Y la pregunta siguiente es si ese vacío
está adentro o afuera. (Afuera, en el sentido de estar en otra parte).
DB: ¿Dónde podría estar?
K: Yo no pienso que podría estar en otra parte, sino que simplemente formulo la
pregunta...
DB: Bueno, cualquier cosa así es un proceso
material.
K: Está dentro de la mente misma. No fuera de
ella. ¿Correcto?
DB: Sí.
K: ¿Cuál es, ahora, el próximo paso? Ese vacío,
¿no contiene nada? ¿Ninguna cosa?
DB: Ninguna cosa, o sea nada que tenga forma,
estructura, estabilidad.
K: Sí. Todo eso: forma, estructura, reacción,
estabilidad, capacidad. Entonces, ¿qué es ese vacío? ¿Es la energía total?
DB: Sí, el movimiento de la energía.
K: El movimiento de la energía. No es un
movimiento de reacción.
DB: No es un movimiento de cosas que reaccionan
entre sí. El mundo puede considerarse compuesto por un número de cosas que
reaccionan mutuamente, y ésa es una clase de movimiento; pero nosotros estamos
refiriéndonos a una clase diferente de movimiento.
K: Por completo diferente.
DB: No hay en él cosa alguna.
K: Ninguna cosa; por lo tanto, ese movimiento no
pertenece al tiempo. ¿Es eso posible? ¿O sólo estamos cediendo a la
imaginación, a algún tipo de sensación prometedora, romántica, agradable? No
creo que sea así, porque ya hemos pasado por todo eso, paso a paso, hasta
llegar a este punto. En consecuencia, no nos estamos engañando a nosotros
mismos. Ahora decimos que ese vacío no tiene un centro, como el 'yo' y todas
las reacciones. En ese vacío hay un movimiento de energía intemporal.
DB: Cuando usted se refiere a la energía
intemporal, podríamos repetir lo que ya hemos dicho acerca de que el tiempo y
el pensamiento son la misma cosa.
K: Sí, por supuesto.
DB: Entonces usted estuvo diciendo que el tiempo
sólo puede intervenir en un proceso material.
K: Correcto.
[…]
DB: Pero vea, la materia puede juzgarse como una
serie de causas; ello quizá no sea adecuado. Y ahora usted está diciendo que
este movimiento no tiene principio ni fin; que no es el resultado de una serie
de causas que siguen una a la otra.
K: Por lo tanto, yo quiero comprender verbalmente
un movimiento que no es un movimiento. No sé si lo estoy expresando claramente.
DB: Entonces, ¿por qué llamarlo movimiento si no
es un movimiento?
K: Porque no está quieto, está activo.
DB: Es energía.
K: Tiene una tremenda energía; por lo tanto,
jamás puede estar quieto. Pero en esa energía, tiene quietud.
DB: Pienso que el lenguaje común no comunica esto
adecuadamente, pero digamos que la energía misma está quieta, y que también
está en movimiento.
K: Pero ese movimiento es un movimiento de
quietud. ¿Suena como una locura?
DB: Puede decirse que el movimiento emerge de la
quietud.
K: Correcto. De eso se trata. Dijimos que este
vacío está en la mente. No tiene causa ni efecto. No es un movimiento del pensar,
del tiempo. No es un movimiento de reacciones materiales. No es ninguna de esas
cosas. Lo cual quiere decir: ¿Es la mente capaz de tener esa extraordinaria
quietud sin movimiento alguno? Cuando está así, completamente quieta, hay un
movimiento que surge de ahí.
[…]
DB: Yo solamente quería señalar que el concepto de
un movimiento de quietud, no era una locura, porque otras personas muy
respetables habían sostenido algo similar.
K: ¡Me alegro! ¡Me alegro de que se me asegure
que no estoy loco! ¿Y es ese movimiento que emerge de la quietud,
el movimiento de creación? No estamos hablando de lo que los poetas, escritores
y pintores llaman creación. Para mí, eso no es creación; sólo es capacidad,
destreza, memoria y conocimiento operando. Aquí, pienso que esta creación no se
expresa en la forma.
DB: Es importante establecer la diferencia. Por lo
general, pensamos que la creación se expresa en la forma, o como estructuras.
K: Sí, estructuras. ¡Hemos superado la locura, así que podemos
continuar! ¿Diría usted que este movimiento, al no ser del tiempo, es
eternamente nuevo?
DB: Sí. Es eternamente nuevo en el sentido de que
la creación es eternamente nueva. ¿Correcto?
K: La creación es eternamente nueva. Esa novedad
es la que los artistas tratan de descubrir. Debido a eso, se complacen en toda
suerte de absurdos, pero son pocos los que llegan a ese punto en que la mente
está en absoluto silencio, silencio desde el cual surge este movimiento que es
siempre nuevo. El instante en que ese movimiento se expresa...
DB: ... ¿La primera expresión es en el
pensamiento?
K: Es justamente eso.
DB: Y eso puede ser útil, pero después queda fijo
y se convierte en una barrera.
K: Un erudito indio me contó una vez que, antes
de que los escultores comenzaran a esculpir la cabeza de un dios, o lo que
fuere, tenían que entrar en una meditación profunda. En el momento exacto,
tomaban el martillo y el cincel.
DB: Entonces ello surgía del vacío. Vea, hay otro
punto. Los aborígenes de Australia dibujan figuras en la arena, de modo que
éstas no tengan permanencia.
K: Eso es verdad.
DB: Tal vez el pensamiento pudiera ser considerado
de esa manera. El mármol es demasiado estático y permanece por miles de años.
Así, aunque el escultor original pueda haber comprendido, los que vienen después
ven eso como una forma fija.
K: ¿Qué relación tiene todo esto con mi vida
cotidiana? ¿De qué modo opera a través de mis acciones, de mis habituales
respuestas físicas al ruido, al dolor, a las múltiples formas de perturbación?
¿Qué relación tiene lo físico con ese movimiento silencioso?
DB: En cuanto la mente se halla en silencio, el
pensamiento está en orden.
K: Estamos llegando a algo. ¿Diría usted que el
movimiento silencioso, con su inagotable frescura, es el orden total del
universo?
DB: Podríamos considerar que el orden del universo
emerge de este silencio y vacío.
K: ¿Cuál es, entonces, la relación de esta mente
con el universo?
DB: ¿La mente particular?
K: No; la mente.
DB: ¿La mente en general?
K: La mente. Pasamos por lo general y lo particular,
y más allá de eso está la mente.
DB: ¿Diría usted que es universal?
K: No me gusta usar la palabra 'universal'.
DB: Universal en el sentido de que está más allá
de lo particular. Pero tal vez esa palabra origine dificultades.
K: ¿Podemos encontrar otra palabra? 'Global' no.
¿Una mente que está más allá de lo particular?
DB: Uno podría decir que es la fuente, la
esencia. Se la ha llamado 'el absoluto'.
K: Tampoco quiero utilizar la palabra 'absoluto'.
DB: 'Absoluto' significa literalmente lo que está
libre de toda limitación, de toda dependencia.
K: Muy bien, si usted está de acuerdo con que 'absoluto' significa libertad respecto de toda dependencia y limitación.
DB: Y de todas las relaciones.
K: Entonces usaremos esa palabra.
DB: Tiene connotaciones desafortunadas.
K: Desde luego. Pero por el momento usémosla en
nuestro diálogo por una cuestión de conveniencia. Existe esta quietud absoluta
y, en o desde esa quietud, hay un movimiento, y ese movimiento es eternamente
nuevo. ¿Cuál es la relación de esa mente con el universo?
DB: ¿Con el universo de la materia?
K: Con la totalidad del universo: la materia, los
árboles, la naturaleza, el hombre, los cielos.
DB: Ésa es una pregunta interesante.
K: El universo está en orden; ya sea destructivo
o constructivo, sigue estando en orden.
DB: Vea, el orden tiene el carácter de ser
absolutamente necesario; en cierto sentido, no puede ser de otro modo. El orden
que por lo general conocemos nosotros, no
es absolutamente necesario. Podría cambiar, depender de alguna otra cosa.
K: La erupción de un volcán es orden.
DB: Es orden con respecto a todo el universo.
K: De acuerdo. Entonces, en el universo hay
orden, y esta mente quieta, silenciosa, está completamente en orden.
DB: La mente profunda, la absoluta.
K: La mente absoluta. Por lo tanto, ¿es esta
mente el universo?
DB: ¿En qué sentido es el universo? Tenemos que
comprender qué significa decir eso.
K: Significa lo siguiente: ¿Existe una división,
o una barrera entre esta mente absoluta y el universo? ¿O son la misma cosa?
DB: Son la misma cosa.
K: Eso es lo que quiero averiguar.
DB: O tenemos una dualidad de mente y materia, o
ambas son la misma cosa.
K: Así es. ¿Es eso presuntuoso?
DB: No necesariamente. Quiero decir que éstas son
sólo dos posibilidades.
K: Quiero estar completamente seguro de que no
estamos caminando sobre algo que realmente necesita ser abordado de una manera
muy sutil, que necesita un cuidado extremo. ¿Sabe lo que quiero decir?
DB: Sí. Regresemos al cuerpo. Hemos dicho que la
mente que pertenece al cuerpo ‑pensamiento, sentimiento, deseo, la mente
particular y la general‑ es parte del proceso material.
K: Absolutamente.
DB: Y que no es diferente del cuerpo.
K: Correcto. Todas las reacciones son procesos
materiales.
DB: Y, en consecuencia, eso que por lo general
llamamos 'mente' no se diferencia de lo que llamamos 'cuerpo'.
K: De acuerdo.
DB: Ahora usted está ampliando mucho esto, al
proponer que consideremos la totalidad del universo. Y nos estamos preguntando
si lo que llamamos mente en el universo, se diferencia de lo que llamamos
universo en sí.
K: Correcto. Usted ve por qué yo siento que en
nuestra vida diaria tiene que haber orden, pero no el orden del pensamiento.
DB: Sí, el pensamiento es un orden limitado,
relativo.
K: Así es. Por lo tanto, tiene que haber un orden
que esté...
DB: ...libre de la limitación.
K: Sí. En nuestra vida diaria tenemos que tener
ese orden, que implica ausencia absoluta de conflicto, de contradicción.
[…]
DB: Sí. Tratemos de poner en claro qué hay de malo
en la limitación.
K: En esa limitación no hay libertad; hay sólo
una libertad restringida.
DB: Sí. Por lo tanto, finalmente llegamos al
límite de nuestra libertad. Algo nos hace reaccionar, y a causa de la reacción,
caemos de vuelta en la contradicción.
K: Sí, ¿pero qué sucede cuando veo que estoy
moviéndome siempre dentro de cierta área...?
K: Es inevitable que la mente se rebele contra
eso.
DB: Ése es un punto importante. Uno ve que la
mente necesita libertad. ¿Correcto?
K: Es obvio.
DB: La mente dice que la libertad es el valor
supremo. ¿Aceptamos eso, entonces, y lo vemos realmente como un hecho?
K: Vale decir: comprendo que dentro de esa
limitación soy un prisionero.
DB: Algunas personas se acostumbran a ello y
dicen: 'Lo acepto'.
K: ¡Yo no lo aceptaré! Mi mente dice que debo
liberarme de mi prisión. Soy un prisionero, y la prisión es muy agradable, muy
refinada y todo lo demás. Pero mi mente sigue siendo limitada, aunque dice que
más allá de todo eso tiene que haber libertad.
DB: ¿Qué mente dice esto? ¿La mente particular del
ser humano?
K: ¡Ah! ¿Quién
dice que tiene que haber libertad? Oh, eso es muy simple. El dolor mismo,
el sufrimiento mismo exige que superemos esa limitación.
DB: Esta mente particular, aun cuando acepta la
limitación, encuentra que es dolorosa.
K: Por supuesto.
DB: Y, en consecuencia, esta mente particular
siente de algún modo que eso no está bien. Pero no puede evitarlo. Y la
libertad parece ser algo necesario.
K: La libertad es necesaria, y cualquier impedimento a esa libertad implica
regresión. ¿Correcto?
DB: Esa necesidad no es una necesidad externa
originada en la reacción.
K: La libertad no es una reacción.
DB: La necesidad de libertad no es una reacción.
Algunas personas podrían decir que, habiendo estado en prisión, uno reaccionó
de este modo.
K: ¿Dónde nos encontramos, entonces? Esto quiere
decir que debe haber libertad con respecto a la reacción, con respecto a la
limitación del pensamiento, a todo movimiento del tiempo. Sabemos que tiene
que haber libertad completa respecto de todo eso, antes de que podamos
comprender de veras qué es la mente vacía y el orden del universo, que entonces
es el orden de la mente. Estamos pidiendo muchísimo. ¿Nos sentimos dispuestos a
llegar tan lejos?
DB: Bueno, usted sabe que la falta de libertad
tiene sus atracciones.
K: Por supuesto, pero a mi no me interesan estas
atracciones.
DB: Pero usted preguntó si estamos dispuestos a
llegar tan lejos. Por lo tanto, eso parece sugerir que puede haber algo
atractivo en esta limitación.
K: Sí, en la ausencia de libertad he encontrado
certidumbre, seguridad, placer. Me doy cuenta de que en el placer o en el
dolor, no hay libertad. La mente dice, no como una reacción, que uno debe
liberarse de todo esto. Llegar a ese punto y liberarse sin conflicto exige su
propia disciplina, su propio discernimiento. Por eso, a aquellos de nosotros
que han investigado todo esto a cierta profundidad, les dije: ¿Puede uno llegar
tan lejos como eso? ¿O las respuestas del cuerpo ‑las responsabilidades de la
acción cotidiana, con la esposa de uno, los hijos y todo eso‑ impiden este
sentido de completa libertad? Los monjes, los santos y los sanyasis han dicho: 'Debes abandonar el mundo'.
DB: Ya examinamos eso.
K: Sí, ésa es otra forma de estupidez, aunque
siento tener que expresarlo de ese modo. Hemos pasado por todo eso, de manera que rehúso entrar en ello nuevamente. Ahora
pregunto: El universo y la mente que se ha vaciado de todo esto, ¿son una sola
cosa?
DB: ¿Lo son?
K: No están separados, son una sola cosa.
DB: ¿Está usted diciendo, entonces, que el
universo material es como el cuerpo de la mente absoluta?
K: Sí, exacto.
DB: ¡Puede ser un modo pintoresco de expresarlo!
K: Debemos cuidarnos mucho, también, de no caer
en la trampa de pensar que la mente universal está siempre ahí.
DB: ¿Cómo lo expresaría usted, entonces?
K: El hombre ha dicho que Dios está siempre ahí;
Brahma o el principio supremo está siempre presente, y todo lo que usted tiene
que hacer es purificarse y alcanzar eso. También ésta es una aseveración muy
peligrosa, porque entonces yo podría decir que lo eterno está en mí.
DB: Pero yo pienso que eso es proyectar.
K: ¡Por supuesto!
DB: Existe una dificultad lógica cuando decimos
que ello está siempre ahí, porque 'siempre' implica tiempo, y nosotros estamos
tratando de discutir algo que nada tiene que ver con el tiempo. ¡Por lo tanto,
no podemos situarlo no aquí, ni allá, ni ahora ni luego!
K: Hemos llegado al punto en que existe esta
mente universal, y la mente humana puede ser parte de ella cuando hay libertad.”
20 de septiembre de 1980, Brockwood Park, HAMPSHIRE
Extraído de J. Krishnamurti & D. Bohm, Más allá del tiempo,
Kier, Bs. As., 1996. Traducción: A. Clavier.
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