16 de enero de 2012

LA ESPIRAL DE LA VIDA: NUESTRA DANZA CÓSMICA INTERIOR





"El resplandor del Ancla
de la Barca sagrada que nos trajo
nos devuelve al declive de una antigua pirámide,
el eco circular y las ballenas
de una ciudad de verdes precipicios
sumergida en el mar…
Yo te veo subir, yo soy tu vértigo.
Y el amor que sujeta y no retiene
empinará su arcano diapasón.
Peldaño tras peldaño,
así, giro tras giro,
por la triple escalera de las Pléyades
hacia el vacío último donde empezó el dolor.
Todo anhela volver a aquel remoto ombligo
que anudaba su Cristo con su sombra.
Porque hubo tres caminos para llegar a tiempo:
uno fue el del regreso,
otro, el no haber partido…
¡Kinich Ahau, bujía
de nuestra humilde lámpara!
¡Que no falte entusiasmo a nuestros átomos!
¡Que Dios siga jugando a la locura
de confundir al Caos
como un niño!"



Gustavo Aritto, El canto de Ox Lahun, XX