21 de diciembre de 2014

YO NO DIGO MI CANCIÓN SINO A QUIEN CONMIGO VA...





  

  ¡Quién hubiese tal ventura     sobre las aguas del mar 
  como hubo el conde Arnaldos     la mañana de San Juan! 
  Con un falcón en la mano     la caza iba cazar, 
  vio venir una galera     que a tierra quiere llegar. 
  Las velas traía de seda,     la ejercia de un cendal, 
  marinero que la manda     diciendo viene un cantar 
  que la mar facía en calma,     los vientos hace amainar, 
  los peces que andan n'el hondo,   arriba los hace andar, 
  las aves que andan volando   n'el mastel las faz posar. 
  Allí fabló el conde Arnaldos,     bien oiréis lo que dirá: 
  --Por Dios te ruego, marinero,     dígasme ora ese cantar.--





Romancero viejo:  Romance del Conde Arnaldos, en su truncada versión del Cancionero sin año (fol. 193r, Amberes, 1548)

6 de diciembre de 2014

LLUEVE ADENTRO MÍO






Llueve adentro mío llueve llueve el tiempo pobre estúpido no se quiere rendir y se aboveda aún en este sueño añil que soy pero como mi inmensa noche sin origen nunca empezó esa voz de follajes cristalinos nunca empezó la lluvia  indecible canto donde se extinguen los pensamientos y aunque el relámpago me suplicó otra vez un instante un solo instante al menos de mi locura y fui entonces un remolino bermejo en el sembradío no volveré a hacerlo no no no a caer en la fosa y confundirme con los abominables gusanos de la cordura humana porque sobre las colinas de tatuajes extraños llueve llueve mientras el arroyo anuda y desanuda misteriosamente su hebra electrizada y nada me recuerda ni recuerdo y envejecida la misma luna de siempre me seguirá de nuevo en vano cansada de conjuros y de lobos y a nadie encontrará “¿estás ahí?” libre para entregarle a la muerte las palabras “¿ha sanado por fin tu ala herida?”  libre para el amor sin dejar rastros “espérame en el claro del bosque donde abre su párpado el Vacío” respirar y extraviarnos volver a ser el fuego en la llama ausente y apagada hace millones de años imán en lo secreto de la piedra viento deshabitado ráfaga cenizas un único gorjeo volviéndonos eco del silencio porque adentro muy adentro nuestro llueve lluev



GUSTAVO ARITTO
  


25 de noviembre de 2014

INSOMNIO EN LAS SISARGAS [1]: Un poema para Galicia







                        
Donde se curva el tiempo (ese otro acantilado),
la bruma miente el Cíclope [2], despierto ya en Fisterra.
Y en lo oscuro hay un dios que abre el mar y lo cierra
buscando esa pirámide que aún no lo ha olvidado.
                                
La noche es de los cráteres, las meigas y la luna.
¿Será un lobo o un hombre el que escapó desnudo?
La guarida del fuego donde deshizo el nudo
dos entradas tenía; salidas, sólo una…

Somos los tristes pájaros que anidan en el viento,
sin otoños ni armerias [3], sin párpados ni trinos.
Fuimos los magos rojos [4] de un sueño de cristal

hundido en el Ocaso como un volcán violento,
uranio atroz y eco de falsos adivinos
que esperan en la ergástula de una eterna espiral…

Quizás oigan las Pléyades el canto de sus muertos,
y avisten la ballena sus ojos siempre abiertos.
 

GUSTAVO ARITTO

Poema incluido en LA ESPIRAL DE FUEGO: Siete palimpsestos del caos, Bs. As., 2008.
 

[1] Islas situadas frente al Cabo San Adrián, en la costa de Galicia. Son tres, Grande, Chica y Malante, más algunos islotes. Es un ventoso paraíso ornitológico.
[2] La Torre de Hércules.
[3] Armeria marina (“hierba de amor”) y Anmeria pubigera. Son de tonalidad rosada.
[4] Según ya se anotó antes, se trata de los atlantes pertenecientes a la raza roja (los hubo también blancos y amarillos) que ejercieron sus artes de taumaturgos y brujos en los declinantes tiempos finales de la Atlántida. La corrupción moral afectó, según el esoterismo cosmológico, sus prácticas sociales y sexuales, y los indujo a emplear tecnología y saberes que exigían un grado evolutivo superior. Los transplantes, los experimentos genitales y sobre todo la manipulación molecular del ADN humano fueron paradigmáticos. El auricalco (también oricalco), que aparece más abajo, fue un metal mejor reputado que el oro; se sostiene que su nombre está emparentado con herakleitos, que recayó en Heracles (o Hércules). También el nombre griego de Kronos se ve vinculado a Coruña. Aparte de todo esto, según la cosmología multidimensional, fueron los lemurianos, que habitaron el continente perdido de Mu, supuesto en el Pacífico, los primeros en mutar en hombres-pájaro, y así los conocieron sus sucesores en el planeta, los atlantes. Por su parte, el motivo de la licantropía está aquí enlazado con  el nudo de Salomón y cierta simbología iniciática cabalística.


21 de noviembre de 2014

"UNA TIERRA SIN CAMINOS" (XXVIII): J. Krishnamurti y la mutación del cerebro programado (4)








Dios


"F: ¿Puede usted explicar qué es Dios?

KRISHNAMURTI: ¿Qué entiende usted por Dios? Hemos explicado la energía y la materia, y ahora usted pregunta qué entendemos por Dios. Yo jamás empleo la palabra ‘Dios’ para indicar algo que no sea Dios. Lo que el pensamiento ha inventado no es Dios. Si ello ha sido inventado por el pensamiento, sigue estando dentro del campo del tiempo, dentro del campo de lo material.

P: El pensamiento dice que yo no puedo ir más lejos.

KRISHNAMURTI: Pero él puede inventar a Dios debido a que no puede ir más lejos. El pensamiento conoce sus limitaciones, por eso trata de inventar lo ilimitado a lo que llama Dios. Esa es la situación.

P: Cuando el pensamiento ve sus limitaciones, todavía es consciente de una existencia que está más allá de él mismo.

KRISHNAMURTI: La ha inventado el pensamiento. Es posible ir más allá sólo cuando el pensamiento toca a su fin.

P: Ver las limitaciones del pensamiento no es conocer el pensamiento.

KRISHNAMURTI: Por lo tanto, debemos investigar el pensamiento y no a Dios.

D: Cuando el pensamiento ve su propia limitación, prácticamente la desenmascara.

KRISHNAMURTI: ¿Se da cuenta el pensamiento de que es limitado, o es el pensador quien se da cuenta de que el pensamiento es limitado? Vea el punto. ¿Es el pensador ‑que es el producto del pensamiento- el que se da cuenta de ello?

P: ¿Por qué traza usted la distinción?

KRISHNAMURTI: El pensamiento ha creado al pensador. Si el pensamiento no existiera, no habría un pensador. ¿Es el pensador el que observando las limitaciones dice: `yo soy limitado', o el pensamiento mismo se da cuenta de sus limitaciones, la cual implica dos posiciones diferentes? Seamos claros en todo esto. Estamos explorando. Están los dos, el pensamiento y el pensador; el pensador, observando al pensamiento, ve mediante el razonamiento ‑que es lo material, que es energía‑ que la energía es limitada. El pensador piensa esto en el reino del pensamiento.

D: Cuando el pensador dice que el pensamiento es limitado, ambos ‑pensamiento y pensador‑ se vuelven signos de interrogación.

KRISHNAMURTI:. No, aun no. El pensamiento es memoria, es la respuesta del conocimiento. El pensamiento ha producido esta cosa llamada el pensador. El pensador se separa entonces del pensamiento; al menos, piensa que está separado del pensamiento. El pensador, mirando al intelecto, a la capacidad de raciocinio, ve que ésta es muy muy limitada. Por lo tanto, el pensador condena a la razón; el pensador dice que el pensamiento es muy limitado, lo cual es condenar. Entonces dice que debe haber algo más que el pensamiento, algo fuera de este campo limitado. Eso es lo que hacemos. Ahora tomamos las cosas tal como son. ¿Es el pensador el que piensa que el pensamiento es limitado, o el pensamiento mismo se da cuenta de que es limitado? No sé si usted ve la diferencia.

(…)


P: Ya lo ve señor, ésa es toda la cuestión. Si en su enseñanza usted no pasara de este punto, yo comprendería. Si usted dejara las cosas ahí; en el punto en que el pensamiento mismo ve esto, en que las células cerebrales mismas lo ven, y se quedara en ese punto, entonces habrá una total coherencia y lógica; pero usted siempre se está moviendo, va más allá de esto y ahí no es posible usar palabra alguna. Por lo tanto, llámelo como quiera pero se ha introducido el sentimiento de Dios.

KRISHNAMURTI: No aceptaré la palabra ‘Dios’.

P: Por medio de la razón, de la lógica, usted nos conduce hasta un punto. Pero no lo deja ahí.

KRISHNAMURTI: Por supuesto que no.

P: Esa es la verdadera paradoja.

KRISHNAMURTI: Rehúso aceptarlo como una paradoja.

F: La materia de algo y su significado no son intercambiables. ‘P’ está mezclando ambas cosas.

KRISHNAMURTI: Lo que ella dice es bastante simple: `El pensador y el pensamiento; nosotros podemos ver toda la lógica de ello ‑de lo que usted dice‑ pero usted no lo deja ahí. Sigue adelante'.

P: Penetra en una abstracción. Yo digo que el pensamiento y el pensador son esencialmente una misma cosa pero que el hombre los ha separado para su propia protección, permanencia, seguridad. Nosotros preguntamos: ¿el pensador que piensa pensamientos es limitado y por eso postula algo que esté más allá, porque debe tener seguridad? ¿O es el pensamiento mismo el que dice que cualquiera sea el movimiento, por sutil, obvio o razonable que fuere, el pensamiento sigue siendo limitado? Pero Krishnaji va más allá que eso y penetra en abstracciones.

KRISHNAMURTI: Yo me doy cuenta de que el pensador y el pensamiento son muy muy limitados, y no me detengo ahí. De hacerlo, eso sería una filosofía netamente materialista. A eso es a lo que han llegado muchos intelectuales en Oriente y Occidente. Pero ellos están siempre atados, y estando atados se extienden, pero permanecen amarrados a un poste constituido por sus experiencias, sus creencias.
Ahora bien, ¿qué ocurre si puedo responder a la pregunta acerca de si el pensamiento mismo se da cuenta de sus limitaciones? Sabiendo el pensamiento que él es energía, que es memoria, sufrimiento... percibe entonces que cualquier movimiento del pensar es conciencia, que es el contenido de la conciencia y que sin el contenido no hay conciencia. ¿Qué ocurre entonces? ¿Es eso observable o no? Yo no invento a Dios.

P: Yo no digo eso. Nunca dije que usted inventa a Dios. Digo que hasta llegar a ese punto su posición es materialista, racional, lógica; luego, súbitamente, usted introduce otro elemento.

KRISHNAMURTI: No. Véalo. El pensamiento mismo se da cuenta ‑no el pensador que piensa, que es incapaz de darse cuenta y que por lo tanto, postula una supra-conciencia, un ‘yo’ más elevado, Dios o lo que fuere‑, es el mismo pensamiento que advierte que cualquier movimiento que haga está dentro del campo del tiempo Entonces, ¿qué ocurre? El pensamiento se acalla por completo ‑éste es un hecho observable, comprobable. El silencio que adviene no es el resultado de la disciplina. ¿Qué ocurre, pues?

P: Señor, déjeme hacerle una pregunta. En ese estado prosigue el registro de todos los ruidos. ¿Qué es la máquina que registra?

KRISHNAMURTI: El cerebro.

P: El cerebro es lo material. Por lo tanto, este registro continúa.

KRISHNAMURTI: Continúa todo el tiempo, tanto si uno es consciente como si es inconsciente de ello.

P: Usted puede no nombrarlo, pero el sentido de la existencia prosigue.

KRISHNAMURTI: No. Usted emplea la palabra ‘existencia’, pero es el registro lo que prosigue. Aquí quiero establecer la diferencia.

P: No nos alejemos. No es que toda la existencia se borre, como sucederá si el pensamiento se terminara.

KRISHNAMURTI: Al contrario.

P: Existencia: el sentido de la existencia, ‘es’.

KRISHNAMURTI: La vida prosigue pero sin el ‘yo’ como el observador. La vida continúa, el registro continúa, la memoria continúa, pero el ‘yo’ creado por el pensamiento, el ‘yo’ que es el contenido de la conciencia, ese ‘yo’ desaparece; obviamente, porque ese ‘yo’ es lo limitado. Por lo tanto, el pensamiento ‑como el ‘yo’- dice: “yo soy limitado”. Eso no significa que el cuerpo no continúe, pero el centro que es la actividad del ‘sí mismo’ como el ‘yo’, eso no continúa. Y nuevamente ello es lógico, porque el pensamiento dice: “soy limitado, no crearé el ‘yo’ que es una limitación adicional”. El pensamiento se da cuenta de ello, y ello desaparece.

P: Se ha dicho que el pensamiento creando al ‘yo’, es la limitación...

KRISHNAMURTI: El pensamiento crea al ‘yo’ y el ‘yo’ se da cuenta de que es limitado; así, el ‘yo’ deja de ser.

F: Cuando esto ocurre, por qué ha de nombrarlo uno como’ pensamiento’?

KRISHNAMURTI: Yo no estoy nombrando nada. Me doy cuenta de que el pensamiento es la respuesta del pasado. El ‘yo’ está constituido por la suma de diferentes pensamientos: éstos han creado al ‘yo’ que es el pasado; el ‘yo’ es el pasado, el ‘yo’ proyecta el futuro.
Ahora todo el fenómeno es un asunto muy insignificante. Eso es todo. ¿Cuál es entonces la siguiente pregunta?

F: ¿Qué tiene que ver con Dios ese estado de desesperanza?

KRISHNAMURTI: No es un estado de desesperanza. Al contrario, usted ha introducido la cualidad de la desesperanza porque su pensamiento ha dicho que no puede ir más allá de sí mismo y por lo tanto, está desesperado. El pensamiento se da cuenta de que cualquier movimiento que haga, sigue estando dentro del campo del tiempo, sea que lo llame desesperación, realización, placer, temor.

P: El darse cuenta de las limitaciones es entonces, un estado de desesperación.

KRISHNAMURTI: No. usted introduce la desesperación. Yo sólo digo que la desesperación es parte del pensamiento. La esperanza es parte del pensamiento, y ese pensamiento dice que cualquiera sea el movimiento que yo haga, sea desesperación, placer, temor, apego o desapego, es un movimiento del pensar. Cuando el pensamiento se da cuenta de que todo esto es un movimiento de él mismo en diferentes formas, cuando se da cuenta de eso, se detiene. Ahora, sigamos adelante.

P: Quiero preguntarle algo. Usted dijo que la existencia continúa sin el ‘yo’. ¿Quién es el que sigue adelante?

KRISHNAMURTI: Nos hemos alejado de la palabra ‘Dios’.

P: Si mi empleo de la palabra ‘Dios‘ está muy en el campo del pensamiento, entonces la descarto. Por lo tanto digo que si el pensamiento ‑como el ‘yo’‑ ha cesado ¿cuál es el instrumento de la investigación?

KRISHNAMURTI: Hemos llegado a un punto en que no hay movimiento del pensar. Al investigar dentro de sí mismo tan profundamente como lo estamos haciendo ahora, tan completamente tan lógicamente, el pensamiento se ha detenido. Ahora pregunta: ¿cuál es el nuevo factor que ha surgido y que va a investigar? O bien, ¿cuál es el nuevo instrumento de la investigación? Ya no es el viejo instrumento, ¿de acuerdo? El intelecto, su agudeza de pensamiento, la cualidad misma del pensamiento, la objetividad, el pensamiento que ha creado tremenda confusión, todo eso ha sido negado.

P: El pensamiento es la palabra y el significado. Si en la conciencia hay un movimiento en el que no existen la palabra y el significado, hay alguna otra cosa que está operando. ¿Qué es esta cosa?

KRISHNAMURTI: Hemos dicho que el pensamiento es el pasado, el pensamiento es la palabra, el pensamiento es el significado, el pensamiento es el resultado del sufrimiento. Y el pensamiento dice que yo he tratado de investigar y que mi investigación me ha llevado a ver mis propias limitaciones. ¿Cuál es ahora la siguiente pregunta? ¿Qué es la investigación, entonces? Si usted ve claramente las limitaciones, ¿qué es lo que está sucediendo?

(…)

P: Cuando el pensamiento cesa, no hay nada más que investigar.

KRISHNAMURTI: Cuando el pensamiento cesa, ¿qué más hay que investigar entonces? ¿Quién es entonces el investigador? ¿Y cuál es el resultado de la investigación? ¿Cuál es ahora la pregunta? ¿Qué hay que investigar? O bien, ¿quién o qué es el instrumento que investiga?

P: Uno siempre ha considerado a la investigación como un movimiento hacia un punto

KRISHNAMURTI: ¿Es un movimiento hacia adelante?

P: Estamos tratando de investigar a Dios, la verdad, pero como el pensamiento ha cesado, no existe un punto hacia el cual pueda haber un movimiento.

KRISHNAMURTI: Vaya despacio, no afirme nada categóricamente. Todo cuanto puede usted decir es que no hay movimiento, no hay un movimiento hacia adelante. El movimiento hacia adelante implica pensamiento y tiempo. Eso es todo cuanto estoy tratando de averiguar. Cuando usted realmente niega eso, cuando niega el movimiento externo o interno, ¿qué es lo que ocurre?
Ahora comienza una investigación de una clase por completo diferente. En primer lugar, la mente, el cerebro, se da cuenta de que necesita orden, seguridad, que necesita estar a salvo para funcionar cuerdamente, felizmente, fácilmente. Es ésa su máxima exigencia; ahora el cerebro se da cuenta de que cualquier movimiento que provenga de él mismo está en el campo del tiempo y por tanto, en el campo del pensamiento. Entonces, ¿hay movimiento en absoluto? ¿O existe una clase por completo diferente de movimiento, cualitativamente diferente, que no tiene relación con el tiempo, con el proceso, con el movimiento hacia adelante o hacia atrás? Ahora nuestra pregunta es: ¿existe algún otro movimiento? ¿Hay algo que no esté relacionado con el tiempo?
Cualquier movimiento, hasta donde el cerebro esté involucrado, se halla en el campo del tiempo ‑sea ese movimiento externo o interno. Veo eso. El cerebro se da cuenta de que aun cuando pueda pensar que se extiende infinitamente, sigue siendo muy pequeño.
Bien, ¿existe un movimiento que no esté relacionado con el pensar? Esta pregunta la hace el cerebro, no alguna entidad superior. El cerebro se da cuenta de que cualquier movimiento en el tiempo es dolor. Por lo tanto, se abstiene naturalmente de todo movimiento. Entonces se pregunta si hay algún otro movimiento que él realmente no conozca, que él nunca haya experimentado.

Eso significa que uno debe retroceder a la cuestión de la energía. Hay energía humana y energía cósmica. Uno ha estado siempre considerando a la energía humana como separada, limitada, incompleta dentro de su campo limitado. Ahora la batalla se terminó, ¿entiende lo que quiero decir? ¿Lo ve? Uno ha considerado siempre que el movimiento de la energía estaba dentro del campo limitado, y la separaba de la energía cósmica, universal. Ahora el pensamiento se ha dado cuenta de su limitación y en consecuencia, la energía humana se ha convertido en algo por completo diferente. La división ‑lo cósmico y lo humano- es creada por el pensamiento. La división cesa y ha entrado en juego otro factor. Para una mente que no se halla centrada en sí misma, la división no existe. ¿Qué hay que investigar entonces? O, ¿cuál es el instrumento de la investigación? Hay una investigación, pero no es la investigación a la que estoy acostumbrado: el ejercicio del intelecto, el razonamiento y todo eso. Y esta investigación no es intuición. Ahora el cerebro se da cuenta de que en él no hay división alguna. Por lo tanto, no está dividido como algo cósmico, humano, sexual, científico. La energía no tiene divisiones.
¿Qué ocurre entonces? Hemos comenzado preguntando si el pensamiento es materialista. El pensamiento es material porque el cerebro es materia. El pensamiento es el resultado de lo material; puede ser abstracto, pero es el resultado de lo material. Evidentemente, lo es. Son pocos los que han ido más allá.

F: El significado del cuerpo es la conciencia, literalmente, ¿cuál es el significado de la existencia?

KRISHNAMURTI: ¿Cuál es el significado de esta habitación? El vacío, porque el vacío está creado por las cuatro pareces, y en ese vacío yo puedo colocar una silla y usar la habitación.

F: La habitación tiene un significado porque ‘P’ vive en ella.

KRISHNAMURTI: Vive en ella con sus muebles, sus temores, esperanzas, disputas.

F: Usted dice que la conciencia es el contenido, pero yo pregunto más. ¿Cuál es el significado, no la descripción?

KRISHNAMURTI: ‘F’ quiere decir el significado de mi existencia. Ninguno, en absoluto...

F: ¿No es cuestión de que uno quiera tener un significado? ¿Cuál es el significado de Krishnamurti? ¿Puede uno negar el ser? Entonces, uno está aniquilado. Dentro está el individuo, el censor, la existencia, la conciencia, el cuerpo; y hay tanto más ‑el alma abstracta; finalmente, un alma alrededor de la cual todo tropieza. ¿Puede uno negar eso?

KRISHNAMURTI: El alma es el ‘yo’.

P: Ahí es donde radica la dificultad. La pregunta de ‘F’ tiene validez porque la conciencia de sí mismo es la cosa más difícil de negar. Si uno intenta negar el ‘ego‘ y el ‘sí mismo’, nunca podrá hacerlo. Pero si procede tal como acabamos de hacerlo, eso es todo cuanto se necesita.

F: ¿Cuál es el significado de todo esto? ¿Por qué debe terminar el ‘yo’? El significado de los átomos es el organismo, el significado del organismo es la conciencia, ¿por qué debe ello detenerse ahí’?

KRISHNAMURTI: No se detiene ahí. Se detiene ahí sólo cuando el pensamiento se da cuenta de sus limitaciones. Retrocedamos. ¿Qué instrumento es el que va a investigar? ‑instrumento en el cual no haya separación, en el cual no exista el investigador y lo investigado-. Yo veo que el pensamiento realmente no tiene sentido. Lo tiene sólo dentro de su pequeño campo. Ahora él pregunta ‑no como el descubridor que descubre algo-, qué es lo que hay que descubrir.
¿Qué movimiento es ése que no es ni interno ni externo? ¿Es acaso la muerte? ¿Es la completa negación de todo? ¿Qué ocurre entonces? ¿Qué es la investigación? Cuando el pensamiento se termina, en ese hecho lo incluimos todo; incluimos el significado, la conciencia, el contenido de la conciencia, el éxito, el fracaso. Todo está dentro de ese campo. Cuando eso se termina, ¿qué ocurre entonces? El cerebro existe, existe el acto de registrar ‑la parte que está registrando. El registro continúa. Tiene que continuar; de otro modo, el cerebro enloquecería. Pero está la totalidad, que se halla completamente quieta. Ya no está involucrado el pensamiento. El pensamiento no penetra para nada en ese campo. El pensamiento interviene en un campo muy pequeño del cerebro.

P: Es un hecho el de que usamos una ínfima parte de nuestro cerebro.

KRISHNAMURTI: Está la otra parte. (…) El viejo cerebro es muy limitado. El cerebro entero es lo nuevo que no ha sido empleado. La cualidad total del cerebro es nueva; el pensamiento, que es limitado, funciona en un campo limitado. El viejo cerebro no está activo porque lo limitado ha dejado de ser.

P: Entonces, usted dice que si uno ve a una pequeña parte del cerebro como limitada, la limitación se termina ¿es así?

KRISHNAMURTI: No, la limitación continúa.

(…)

P: Si el pensamiento cesa con su palabra y su significado, cualquier cosa que esté operando entonces, no es reconocible como palabra y significado.

F: Usted estrecha el campo. Yo aun cuestiono legítimamente que la frustración sea el único punto de localización.

KRISHNAMURTI: Yo incluí todo, no sólo la frustración sino todo cuanto se encuentra en el campo del tiempo. Ahora veo que las células cerebrales han operado en un campo muy pequeño, y que ese pequeño campo con su energía limitada ha creado todo el daño. El viejo cerebro se aquieta. Lo que hemos llamado quietud, es la limitación que se aquieta. El ruido de eso ha terminado y ése es el silencio de la limitación. Cuando el pensamiento se da cuenta de eso, entonces el cerebro mismo, todo el cerebro, se aquieta.

P: Sin embargo, registra.

KRISHNAMURTI: Por supuesto. El ruido prosigue.

P: La existencia continúa.

KRISHNAMURTI: La existencia sin ninguna continuidad. ¿Qué ocurre entonces? Todo el cerebro se aquieta, no la parte limitada.

F: Para nosotros es la misma cosa.

P: Si uno no conoce lo otro y lo otro no es manejable, lo que para nosotros se aquieta es sólo la limitación.

KRISHNAMURTI: Por lo tanto, esa quietud no es quietud.

P: Usted está introduciendo algo nuevo...

D: ¿Qué le hace decir que nosotros no empleamos todo el cerebro?

F: Yo digo que todo mi cerebro está funcionando, pero que no soy consiente de ello porque me encierro a mí mismo dentro del campo limitado.

KRISHNAMURTI: Por favor, primero detenga el movimiento del pensar, luego vea lo que ocurre.

(…)

KRISHNAMURTI: El cerebro total siempre ha estado silencioso. Lo que yo he llamado silencio es el cese del ‘yo’, del pensamiento que parlotea constantemente. El constante parlotear es el pensamiento. Ese parloteo se ha detenido por completo. Cuando el parloteo toca a su fin, hay una sensación de silencio, pero eso no es silencio. El silencio tiene lugar cuando la mente total, el cerebro ‑aunque registrando- está completamente quieto, porque la energía está quieta. Ella puede estallar explosivamente, pero la base de la energía es quietud.
Ahora bien, la pasión existe sólo cuando no hay movimiento del dolor. ¿Ha comprendido lo que he dicho? El dolor es energía. Cuando hay dolor, existe el movimiento de escape a través del comprender ese dolor, del suprimirlo. Pero cuando no hay movimiento alguno en el dolor, se produce un estallido en la pasión. La misma cosa sucede cuando no hay movimiento ‑externo o interno-, cuando no hay movimiento del silencio que el ‘yo’ ha creado por sí mismo con su limitación, para lograr algo más. Cuando hay absoluto silencio, silencio total y por tanto, no hay movimiento de ningún género, cuando todo está completamente quieto, hay una clase por completo diferente de explosión que es...

P: ...Dios.

KRISHNAMURTI: Me niego a usar la palabra ‘Dios’, pero este estado no es una invención. No es una cosa producida por el astuto pensamiento, porque el pensamiento se halla completamente inmóvil. Por eso es importante explorar el pensamiento, y no ‘lo otro’."


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 Extracto de J. Krishnamurti, Tradición y revolución (título original: Tradition and Revolution, London, 1972), Diálogo 25;  Edhasa, Barcelona, 1978.Versión castellana: Armando Clavier.