1 de enero de 2015

ADIÓS EN EL BOSQUE





- ¿Hay alguien ahí? - preguntó el caminante 
de confusa melena al detenerse a orillas de la ansiada arboleda añil.

- Nooooooooooooo - oyó vibrando como añicos en el aire. 
Si fuésemos "alguienalguienalguienaenaenaenaen" no moraríamos en este bosqueosqueosqueosque 
desde hace cientos y cientos de tus solesolesolesolesoles...

- ¡Por fin... por fin... por fin...! 
- le susurró su voz por dentro, 
y dejó caer su mochila y hundió su pie izquierdo 
en la silenciosa agua del arroyo que no vio. 
Una humilde llama azulada oscilaba más allá 
hechizada de ocasoasoasoaso...



G. A.