10 de abril de 2013

ALLENDE 2012: CULTURA Y CIVILIZACIÓN EN LA NOOSFERA PLANETARIA DE ACUARIO







“La Cultura Galáctica
y el advenimiento de la Civilización Cósmica:
Mirando más allá de 2012”


Por José Argüelles

[Extracto]




II. La Naturaleza de las Culturas y de la Civilización: Una Visión Más Elevada


Puesto que estamos viviendo en el tiempo final, en el tiempo de la inversión de valores y el expolio de todo lo que es sagrado y espiritual, es importante reconsiderar lo que entendemos por civilización y cultura, dos palabras que a menudo se pueden asociar estrechamente ¿Qué es una civilización? ¿Qué es cultura? ¿Cuál es la relación entre ambas?
Hoy en día, la civilización está plenamente equiparada con el progreso material y el avance tecnológico. Cualquier otro valor –cultural, espiritual o medioambiental– está subordinado a los valores materialistas. Y por supuesto, el progreso material y tecnológico está totalmente asociado con la economía financiera. Esto es, cuando se trata de decidir entre lo económicomaterial, y entre los valores, espiritual, cultural o medioambiental, casi siempre prevalecerá el asunto económico. En la década de 1970 las múltiples protestas del mundo no pudieron impedir la construcción del aeropuerto de Narita, en Japón, en la que era considerada una zona cultural y medioambiental sensible. En nuestros días, hay numerosas peticiones contra la construcción de un hipermercado Walmart en Teotihuacán, el mayor y más sagrado de los antiguos centros culturales en México. El hecho que alguien haya pensado en permitir tal proyecto en este lugar, muestra ya un signo de mentalidad cultural degradada de los tiempos finales.
El hecho es que la cultura alrededor del mundo está prácticamente extinguida, su mayor florecimiento es una concesión a la “industria” turística (léase: gigantes compañías aéreas y grupos hoteleros) mientras que la monstruosidad de la tecnosfera con sus variadas formas artificiales de entretenimiento electrónico ha suplantado la idea de cultura entre las grandes masas. Y la propia civilización, como un sistema de valores, se encuentra inmersa en una guerra prolongada contra el terrorismo, una guerra que nunca ganará. Si civilización significa algo que ennoblece, que eleva al ser humano, entonces los terroristas ya han vencido. Al someter a todo el mundo a un tratamiento criminal a medida que pasan a través de los aeropuertos del mundo, camino a ésta o aquella “meca turística”, la dignidad humana, base de todos los valores de la civilización, ha sido ya sacrificada en el altar de la “seguridad”.
Mientras tanto, el ruido de las autopistas, incluso en el campo, la contaminación acústica en todas partes de las ciudades, el polvo, la suciedad y la horrenda cultura del desperdicio, han destruido prácticamente la calidad de vida del ser humano. Esta pérdida, que todo el mundo está viviendo en su día a día, poco a poco va disminuyendo su sensibilidad, complementándose con el hecho de que la industrialización ya ha excedido sus propios límites, y la respuesta de la Tierra al calentamiento global está a punto de alterar las líneas costeras y el clima de la civilización para siempre. Dicho en términos geológicos, estamos refiriéndonos a los cambios dramáticos que se producirán en el futuro inmediato –antes del 2012.
Así que cualquier visión de una futura Civilización Cósmica, sólo puede y debe ser, la antítesis que transcienda lo que ahora prevalece. De alguna manera, parece que debemos empezar de nuevo, si no fuera por que disponemos de un plan ya desarrollado que se hará evidente, una vez que lo peor haya alcanzado su punto más dramático. Pero para ayudarnos a reorientarnos hacia el bien supremo, la regeneración óptima de nuestras percepciones y valores más sagrados, debemos considerar de nuevo: ¿Qué es cultura? ¿Qué es civilización?
Podemos suponer que la cultura precede y es la base de la civilización. Cuando hablamos de cultura en este contexto, nos referimos a un patrón integrado de conocimientos, creencias y comportamientos humanos, que dependen de la capacidad humana para aprender y transmitir el conocimiento a las generaciones futuras. Como tal, una definición biológica aún más básica,  sostiene que la cultura es el cultivo de la materia viva (humanos) en un medio nutriente preparado.
Es este medio “nutriente”, quien realmente determina la calidad de la cultura. Para la consciencia humana, el medio nutriente estaría constituido por las creencias espirituales y las estructuras mentales que codifican un sistema particular de creencias. Cuanto más puras sean las creencias espirituales, y más elevada sea la predisposición mental y sus estructuras de percepción, más se aproxima el término cultura a la edificación espiritual, y a una excelencia de gusto adquirido por un entrenamiento espiritual, intelectual y estético. Por tanto, la cultura se convierte en el acto de desarrollar las facultades espirituales, morales, intelectuales y estéticas mediante sistemas de educación coherentes con el medio de cultivo. “El hombre y los tesoros en su interior representan uno de los mayores secretos de la creación.” El-Yacoubi, Whatever Your Is You Are His” p. 116. 
Según los preceptos de Nicolás Roerich, la esencia de la verdadera cultura humana es la luz. Esta luz, es la luz de la consciencia espiritual innata, que ilumina los senderos de toda iniciativa humana que constituye lo que llamamos cultura. Cuando esta percepción está en el centro de los asuntos humanos, entonces la cultura se convierte en el estándar de una paz viva, razón por la que Roerich declaró: "Donde hay paz hay cultura, donde hay cultura hay paz". Es claramente esta percepción de cultura la que debe ser el núcleo de la futura Civilización Cósmica.
La noción de cultura, como cultivo de la luz, es innata en cada ser, corresponde a las más elevadas enseñanzas espirituales, por ejemplo, el Islam y el budismo. En el Corán se dice claramente que todo ser humano está impreso –desde antes de su creación– con la memoria del único Dios (7:172), mientras que una doctrina fundamental del budismo Mahayana, es que cada uno nace con el potencial de la iluminación, bodhicitta. Aunque todos estemos innatamente dispuestos a la realización de ese potencial de iluminación del Dios interno, debe ser cultivado para ser totalmente realizado o despertado.
Ciertamente es la calidad de la cultura la que determina la calidad de la civilización, y la calidad de la educación del individuo, es la que determina la calidad de la cultura. La verdadera base de la educación genuina del individuo está en impartir el valor del auto-cultivo. ¿Qué es el autocultivo? El auto-cultivo comienza con el entrenamiento del individuo a temprana edad, para que tenga una percepción de sí mismo en relación a un orden divino más elevado de la realidad y transferir esta percepción a las relaciones en el entorno que le rodea.
Así que la base del auto-cultivo debe empezar a inculcarse al niño, a partir de los 7 años, en el sentido de responsabilizarse de su propia mente, consciencia y cuidados del cuerpo físico,
incluyendo una ética de respeto hacia sí mismo, higiene personal, y la implicación en la calidad estética y el cuidado de su entorno. Probablemente el punto más fundamental que debe enseñarse al niño en esta etapa, para elevar su propio auto-cultivo, es la ley del karma de causa y efecto, que dice que lo que cosechas es lo que siembras. Si esto se le explica al niño en términos de que es una ley cósmica, y no simplemente una recompensa basada en el miedo, o motivo de un castigo, todo irá mejor.
El punto es que la cultura comienza con el individuo y después se extiende a la familia y al grupo social. Esto forma el núcleo de lo que eventualmente se convierte en una civilización. ¿Qué es lo que constituye una civilización? Obviamente, un núcleo cultural que es el núcleo de cualquier civilización. El tipo y calidad de la cultura van a determinar las características y naturaleza de la civilización. Por supuesto, hoy en día, tenemos muy distorsionada nuestra percepción de lo que podría ser una civilización, esto es debido a la calidad y naturaleza de la civilización global en que vivimos. Dados los efectos de esta civilización en el planeta, su guerra al terrorismo, después de dos guerras mundiales, y dos siglos de expansión industrial e imperialista mundial anterior a todo ello, ¿qué tipo de núcleo cultural podríamos suponer que tiene esta civilización?
De hecho, ¿cómo definimos una civilización en relación a su núcleo cultural? La definición estrictamente histórica de civilización es que es la etapa de desarrollo cultural en  la cual la escritura y la conservación de registros escritos es alcanzada. Esta es una definición bien interesante. Desde una óptica más profunda, la escritura, en cuanto medio perceptual que afecta al cerebro, acentúa la necesidad de la conceptualización abstracta, que es diferente del estímulo inmediato de los órganos de los sentidos. Es esta tendencia hacia la abstracción la que caracteriza la civilización y la noción expuesta de civilización histórica, como se ha desarrollado en los últimos cinco mil a seis mil años. La idea de que una civilización también se distingue por una necesidad cultural de mantener registros escritos, o que la escritura sea utilizada para tales registros, también hace a la civilización, por esta definición, un factor productor de historia, porque ¿qué es la conservación de registros sino la base del constructo de la consciencia conocida como historia? Si la historia es un concepto que depende del arte de la escritura, ¿existe la historia como concepto para los pueblos que no poseen escritura? ¿Qué significa decir “post-histórico”? ¿Es posible concebir civilizaciones definidas por otro factor que no sea la escritura o los registros escritos? ¿Es el estándar de hacer-historia quizás, una definición primitiva de civilización? En cualquier caso, dentro de un horizonte cultural que ha “avanzado” hasta la escritura, existe aún un núcleo cultural. Éste es el motivo por el cual, la civilización tradicional china, por citar un ejemplo, tiene cualidades diferentes de la civilización indo-aria o de la civilización grecorromana. De hecho, por el estándar de escritura como definición de civilización, ha habido solo algunos fenómenos durante el “ciclo histórico": la mesopotámica (escritura cuneiforme), egipcia (escritura jeroglífica), indo-aria (escritura alfabética-pictográfica), china (escritura pictográficaideográfica), greco-romana (alfabética), mesoamericana (escritura jeroglífica) –sin embargo al acercarnos a la civilización andina de América del Sur, encontramos que parece no existir una tradición escrita, aparte de un riguroso sistema de símbolos y el quipu – de cuerdas anudadas– por lo que damos el status de civilización completa a la gran civilización de Sudamérica.
Otra definición más generalizada es la siguiente. Civilización es cualquier nivel relativamente alto de desarrollo cultural y tecnológico. Por este estándar igualmente, civilizado, cualidad de vivir en una civilización, ha tendido a significar un refinamiento del pensamiento, costumbres y gusto. Por esta definición, la gente “civilizada” se ha separado de los “bárbaros”, aquellos que tradicionalmente han vivido fuera de los límites definidos –geográficos y culturales– de una civilización. Por otro lado, el ciclo histórico también está caracterizado por el "surgimiento y caída" de civilizaciones, y esto es a menudo citado como debido a una tendencia general hacia la degeneración cultural y el auge de los bárbaros del interior. Estos ciclos han impulsado a renovadores culturales y reformistas religiosos y, de hecho, al surgimiento de nuevas civilizaciones enteras –como la islámica surgiendo de la civilización persa, o anterior mesopotámica, o de la europea surgiendo sobre la antigua civilización greco-romana.
Mientras que la actual civilización Global es Europea (“Occidental”) en sus raíces, cuando examinamos su núcleo cultural, en relación a la cultura actual que se está manifestando, encontramos una enorme discrepancia. Desde la implantación de la civilización europea por la caída del Imperio Romano en el siglo V d.C., hasta el siglo XVIII, bien podríamos llamarla la civilización cristiana europea, porque en su núcleo fue una cultura construida en torno a los valores defendidos por la Iglesia Católica. Sin embargo, tras el surgimiento de la industrialización en el siglo XVIII y la expansión de la civilización europea en una red de imperios global –el Británico, Español, Francés, Alemán, etc. El núcleo cultural comenzó a esfumarse en sus efectos, y surgió una nueva cultura popular exterior forjada mucho más por los nuevos medios de comunicación y electrónicos, que por la Iglesia o ética cristiana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, esta civilización global basada en el cristianismo se transformaba en algo hasta entonces sin precedentes, un caparazón planetario artificial – la tecnosfera. La tecnosfera le da realmente la característica global a la civilización actual. Pero es una civilización en la que los factores tecnológicos son los predominantes en determinar la naturaleza y el curso de la civilización. Los factores determinantes de esta nueva estructura artificial, que en muchos sentidos transciende las viejas definiciones de civilización, son el Mercado Mundial y la tecnología electrónica. La verdadera cultura de esta inmensa civilización híbrida artificial son las fuerzas que están detrás de la televisión popular y la música electrónica –desde el rock and roll al hip hop– que han afectado incluso al resto de formas culturales tradicionales. Por ejemplo, el DVD underground “One Giant Leap”, es probablemente la mejor síntesis de la cultura tecnosférica mundial que ha surgido.
Pero la cultura como una norma que eleva, como un vehículo genuino de luz innata dentro de cada ser, está dispersada y es difícil de encontrar, mucho menos la noción de civilización como un refinamiento del pensamiento, costumbres o gustos. Las guerras contantes, el terrorismo, y la desaparición de objetivos sociales positivos han producido un orden mundial debilitado cultural y espiritualmente. Pero en todo caso, ésta es precisamente, la condición que uno esperaría si es el “cierre del ciclo”.
Al mismo tiempo, en medio del popurrí electrónico global, hay una variada selección espiritual, que contiene en sí, el germen de la espiritualidad universal y la liberación final de todas las enseñanzas verdaderas de sus encasillamientos dogmáticos en las formas tradicionales. En cuanto a la noosfera inminente, la intermedia ciberesfera electrónica –el sistema de retroalimentación de información e inteligencia de internet – proporciona el equivalente a la telepatía universal, permitiendo a las personas de cualquier parte de cualquier región cultural o geográfica del mundo estar conectado y en comunicación con los demás. En este sentido, la Tecnosfera está cumpliendo su papel evolutivo en preparación del advenimiento de la Civilización Cósmica.
Al examinar el advenimiento de la Civilización Cósmica, debemos llegar a una definición de civilización que no esté basada en el estándar histórico. Es sabido que la biosfera de la Tierra establece la unidad de la vida y sus sistemas de soporte en el que la suma de toda la vida es una. Tal como V. I. Vernadsky declaró, la biosfera es esa región en la Tierra para la transformación de  las energías cósmicas. La biosfera no hace ninguna distinción de la condición cultural o política con respecto a sus ciclos de transformación de la energía. Si la noosfera es la próxima etapa de la evolución de la biosfera, entonces como la esfera mental de la Tierra y como la infraestructura de la civilización que viene, podríamos decir que es aquella "región" de la Tierra para la transformación de las formas de pensamientos cósmicos sobre una base no sectaria y universal.
Como la capa mental del planeta, la noosfera caracteriza a la mente y la consciencia como un fenómeno unitario, cuya suma es Uno. En esto reside una clave hacia una definición de la futura  civilización en la Tierra, una civilización que se distinguiría por la comprensión de que como la vida es Una, así la Mente también es Una, y en consecuencia todas las diferencias políticas de las naciones estados son superfluas. Al mismo tiempo, una diversidad cultural bio-regional, como la biodiversidad, sería reconocida como necesaria para mejorar la calidad de la totalidad de la vida y la consciencia como un fenómeno unitario. En la suprema cultura igualitaria de la noosfera, que al mismo tiempo reconocería la existencia de una jerarquía basada en grados de realización espiritual y de auto-cultivo, no habría ninguna duda del hecho que la evolución del planeta y la humanidad han alcanzado la etapa supramental de la Civilización Cósmica.
Pero antes de alcanzar esta etapa debemos comprender lo que debe suceder, los pasos que se deben dar con el fin de realizar la Nueva Mente que predica el advenimiento de la Civilización Cósmica en la Tierra.





III. La Cultura Galáctica y la Ley del Tiempo como una Dispensación Supramental



“De verdad uno debe tener en cuenta que cada ser humano participa en el cosmos y que está inalterablemente ligado a él”.

Trigueirinho, La Llamada a la Humanidad


Es evidente que la tecnosfera, la realidad de la civilización global, casi nunca tiene un núcleo cultural vivo, sino más bien, un nexo multisensorial electrónico de la realidad virtual artificial, de generalmente bajos instintos que incita la imaginación degradada del híbrido "humano planetario". Éste es el humano arrancado de una cultura vital, que vive ahora a merced de una vida industrial y sistemas de marketing tecnosférico. Éste es el humano, ya sea musulmán o indígena maya, chino o croata, que frecuenta un café internet, viste jeans azules, Adidas o alguna otra marca similar, y camisetas. La próxima vez que veas una foto de los “insurgentes” iraquís, observa bien cómo van vestidos. El mercado mundial ha convertido al homo sapiens en un híbrido cultural, al menos en hábitos relacionados con los medios de comunicación y la apariencia externa. Pero para que exista una Civilización Cósmica tiene que haber un nuevo núcleo cultural vivo, no sólo a efectos de marketing global, sino uno basado en una manera profundamente nueva de pensar o percibir el mundo. Este núcleo cultural debe ser vivido y practicado universalmente por seres humanos de cualquier trayectoria cultural actual. ¿Cómo debería ser esto y cómo se produciría?
Antes que nada es necesario referirse a nuestra tesis original: La actual crisis mundial está siendo "guiada" y "observada” por una inteligencia jerárquica divina operando de forma interdimensional y quizás también extraterrestre. Tan terribles como puedan parecer los acontecimientos actuales son, por tanto, consecuencia de los efectos kármicos históricos, que al mismo tiempo están siendo orquestados, por así decirlo, como propósito de un descenso supramental o divino. Esta intervención es necesaria ya que, por sus normas de funcionamiento actual y la reducción constante del estado de consciencia, la humanidad, nunca saldría de otro modo, por sí sola, de su caída irrevocable hacia la catástrofe total global.
Este tipo de descenso supramental daría un análisis realmente fresco y cósmicamente objetivo y una perspectiva de la crisis mundial actual, derivada de una visión desde una dimensión superior, pero adaptada al lenguaje y necesidades de la civilización terrestre actual. Esta es   precisamente, la naturaleza y el propósito de la Ley del Tiempo, un descubrimiento apropiado basado en el antiguo conocimiento y profecía maya. Porque es la Ley del Tiempo la que “indica” la verdadera naturaleza de la tecnosfera: Un sistema de tiempo artificial desincronizado con la frecuencia de tiempo natural del resto del orden universal.
Esto es, la epata final de las funciones de la civilización humana como una singularidad absolutamente única, en la que los estándares de tiempo a las que están sujetas todas sus operaciones e instituciones son artificiales, irregulares y mecánicos, y por tanto crean un efecto en la civilización que es igualmente artificial, irregular y mecánico. Nadie más en el resto del orden natural funciona con estas normas, sino más bien por resonancia instintiva e intuitiva con los ciclos de tiempo naturales del universo.
Un filósofo e historiador como Lewis Mumford, se aproximó a este análisis con estudios tales como El Mito de la Máquina, pero la Ley del Tiempo avanza un paso más: identifica la frecuencia mecánica como una relación de forma precisa matemática, 12:60 – un calendario irregular de 12 meses combinado con una hora mecánica de 60 minutos– lo cual crea una frecuencia de tiempo inconsciente (a partir del 1600 d.C.) que ha acelerado al ser humano en un mundo dominado por la máquina, de la que es esencialmente, poco más que el cuidador.
Debido a los efectos psicosociales de adaptación a la frecuencia de tiempo artificial, el ser humano está girando fuera de control como una bomba demográfica, una amenaza nuclear, y un riesgo medioambiental para él mismo y el resto de la Tierra. El resultado de esta adaptación a la frecuencia 12:60, primero por parte de los europeos y sus colonias de América del Norte, y en menos de 200 años, por el resto del mundo, fue el sistema global de la tecnosfera.
Este análisis asombrosamente simple de la naturaleza de la frecuencia del tiempo artificial, su efecto en la consciencia humana y la civilización tecnológica resultante, no se podría haber hecho, si las investigaciones sobre las matemáticas del calendario maya, no hubieran sido aplicadas tan exhaustiva y profundamente. Pero no debe suponerse, que una revelación vendría simplemente a través de una búsqueda intelectual. Porque eso sería como frotar dos palos juntos, y esperar que de resultado se encienda una luz. Una enseñanza como la del "Descubrimiento de la Ley del Tiempo" ha existido siempre, pero sólo puede manifestarse en el momento de su necesidad y de una forma apropiada al momento de su manifestación. Esto es debido a que la misma Ley del Tiempo ha estado siempre funcionando, manteniendo al universo en un estado de perfecta sincronización. Pero saber que esta ley existe como principio supremo de resonancia armónica y activación telepática, requiere que la evolución mental esté en una cierta condición o estado de consciencia. Entonces puede entrar en la consciencia como un descenso supramental, iluminando factores hasta ahora latentes en la ignorancia oscura de la mente condicionada.
Tampoco debería pensarse que la Ley del Tiempo es únicamente un medio de análisis y discriminación crítica. Más bien, representa una enseñanza completa adecuada para la siguiente etapa de la consciencia que está más allá de la capacidad del nivel al que ha descendido para comprender. Porque el asunto de la evolución de la consciencia y su avance siempre es: ¿Cómo podemos alcanzar una etapa más allá que nuestra etapa actual pueda comprender? Cuando la aspiración y la necesidad es correcta, entonces la jerarquía puede adoptar la enseñanza supramental y liberarla como corresponde. No puede producirse su liberación a cualquiera, sino al recipiente preparado para recibirlo.
El 26 de Julio de 1987, en el Colegio de San Juan, Santa Fe, en una amplia presentación pública, se hizo el anuncio del advenimiento de una Cultura Galáctica en la Tierra. Esto era en referencia a la próxima "Convergencia Armónica" el 16 y 17 de Agosto de 1987, y las Profecías Mayas del 2012 y el Cierre del Ciclo. La Cultura Galáctica, fue declarada, reemplazaría a la civilización del materialismo histórico que ha dominado la Tierra durante los últimos 5000 años. Antes del momento de su anuncio, ningún pensamiento de dicho anuncio había estado presente. Sucedió de manera espontánea. El pensamiento-forma "Cultura Galáctica" había sido liberado en la Tierra.
La Cultura Galáctica es el requisito previo de la nueva forma cultural necesaria para proporcional el núcleo vivo para la Civilización Cósmica venidera. ¿Qué es la Cultura Galáctica? Es la forma cultural universal hecha posible por el descubrimiento de la Ley del Tiempo. Basada en los códigos matemáticos intrínsecos de la frecuencia de tiempo universal –la proporción básica 13:20– la Cultura Galáctica es el descubrimiento de estos principios matemáticos universales dentro de la estructura del organismo humano, y su funcionamiento en el entero planetario, como un solo ser unitario. La Cultura Galáctica asume que la inteligencia coordinada por la frecuencia universal de la sincronización puede ser colocada en una condición de resonancia mental o psíquica con la totalidad del entero galáctico del que es una unidad operativa.
Para que esta posibilidad se manifieste hay dos requisitos: Una manifestación plena de la Ley del Tiempo como una enseñanza uniforme en la totalidad galáctica; y una adecuada preparación espiritual que está basada en una avanzada tecnología de "higiene” mental y la autoexperimentación que está de acuerdo con una visión comprensiva de la evolución del tiempo como consciencia, ya supervisados por los órdenes superiores de inteligencia, y en sumisión a un único y todo supremo Principio Guía (Dios).
Afortunadamente ambos prerrequisitos pueden satisfacerse ahora. Desde el 26 de Julio de 1987, la Ley del Tiempo fue revelada progresivamente, así como los correspondientes códigos del orden sincrónico, la naturaleza cuatridimensional de la realidad que gobierna realmente el mundo fenoménico tridimensional. La tecnología mental ya ha sido cultivada en diferentes escuelas de pensamiento y tradiciones espirituales, específicamente el Dzog Chen, el Zen, Raja Yoga, y la Plegaria Sufi (Dhikr), por mencionar las más notables. Debe entenderse que, igual que la Ley del Tiempo, todas las grandes enseñanzas mentales siempre han existido, porque la mente siempre ha existido como un método o medio para el cultivo de la consciencia superior.
El punto ahora es liberar estas enseñanzas de sus contextos históricos limitados, y fusionar la esencia de estas enseñanzas de la mente en un código galáctico universal de una mayor absorción mental, para que pueda emerger la Cultura Galáctica en la Tierra.




V. La Naturaleza y el Propósito de la Próxima Civilización Galáctica


"Las estructuras sociales estipuladas por la Ley del Tiempo son también estructuras de conocimiento telepático. La integración de los patrones biológicos de la vida en la frecuencia de tiempo correcta con la consecuente creación de estructuras mentales de duración continuada, dotará a la especie humana de un despertar telepático colectivo sin precedentes." - Dinámicas del Tiempo, Postulado 1.11
Reconocemos que la evolución es de naturaleza mental-espiritual, porque el cosmos es fundamentalmente un evento de evolución de la consciencia. El cosmos de nuestros cosmólogos actuales no es sino una delgada rebanada horizontal a través del plano de la realidad tridimensional. El Universo se extiende hasta el infinito a través de grupos y más grupos de galaxias.
Cientos de millones de galaxias. Billones y billones de estrellas y sistemas estelares. Todo tipo de sistema de mundos concebible mantiene todo tipo de formas de vida imaginable. Y sin embargo, esto es sólo el deslumbrante despliegue del orden tridimensional. ¿Cuán grandiosa debe ser la perspectiva de las dimensiones más elevadas de las cuales el plano tridimensional es simplemente la base o plataforma para la evolución y expresión de estados de consciencia superiores? Y todo este fantástico mosaico es la determinada manifestación intencional de la Mente de una inteligencia omnisciente y omnipresente tan vasta y suprema que resulta virtualmente inconcebible.
Si vemos el universo visible como una construcción divinamente inspirada de nuestra propia consciencia limitada, ¿cuánto más infinitamente poderoso y espléndido puede ser el universo multidimensional de una consciencia menos restrictiva, la consciencia de la supermente, o consciencia supramental evolucionada más allá de la mente? Cuando consideramos la inteligencia que anima esta consciencia que asciende y evoluciona en planos cada vez más vastos del orden cósmico ¿Cómo podemos concebir o imaginar que sería la civilización de este orden?
La Cultura Galáctica que hemos descrito es el punto más diminuto de la creación de un orden de realidad que es tan extenso y supermental en naturaleza que parece desde nuestro punto de vista, que hoy sea el lugar de morada y construcción de los dioses. De hecho, los antiguos mitos que a menudo aparecen como dioses pueden ser en realidad las percepciones antropomórficas de esos "visitantes" de la Civilización Cósmica. Ante la inmensidad del universo podemos imaginar que cada cúmulo galáctico o galaxia no es más que una simple "entidad" que constituye todo el orden de la Civilización Cósmica. Entonces, ¿qué podemos decir de la parte que ha de desempeñar nuestro pequeño planeta en su solitario sistema estelar en el remoto Brazo de Orión de nuestra galaxia local?
Para considerar en nosotros aún la noción de la Civilización Cósmica en la Tierra, y más aún la naturaleza de una Civilización Cósmica Universal que está liberada de todas las pequeñas preocupaciones que nos minan hoy en día, hace falta que aclaremos nuestra mente. De hecho sólo una clara mente lúcida puede comenzar a vislumbrar la naturaleza real de la Civilización Cósmica. Tal civilización será, primero y ante todo, una en la que el logro más elevado de la mente iluminada concebible para nosotros será sólo la base para los constructos sociocomunicativos de naturaleza telepática y parasicológica más allá de todo lo concebible. Una vez que lleguemos a la mente noosférica −el Plano Terrestre de la Consciencia Unificada− la Civilización Cósmica se convertirá en una realidad alcanzable.
La enseñanza más pura de la percepción directa de la naturaleza de la mente es probablemente la escuela Dzog Chen. Aunque podemos decir que es una característica del Budismo Tibetano que es demasiado limitante. Esta enseñanza se limitó a constatar su encaje dentro del sistema del Budismo Tibetano – e incluso en la religión chamánica Bon que precedió al Budismo− en el cual pudo florecer. “Encontramos por ejemplo, en uno de los tantras de Zoggen (Dzog Chen) donde se dice que la enseñanza Zoggen está diseminada en trece sistemas solares diferentes.
¿Cómo podemos pensar entonces que el Zoggen se originó en un país determinado y que es el resultado de lo que sucede en ese lugar particular?" (Namkhai Norbu, Dzog Chen y Zen, p.17). De esta cita podemos deducir que: "Allí existen muchas, muchas formas de seres realizados para manifestarse y para las enseñanzas que surgen". (ibid. 18).
Las dos citas anteriores apuntan al hecho del Dzog Chen como una enseñanza mental que es una característica de una Civilización Cósmica auto-existente − teniendo en cuenta su presencia en trece sistemas solares − y que es una enseñanza de la mente superior, su transmisión no está sujeta a las limitaciones de las leyes de causalidad que gobiernan exclusivamente los procesos de transmisión tridimensional. Esta descripción de la transmisión explica, por ejemplo, la manifestación de la Ley del Tiempo como un descenso supramental que está conectado con Pacal Votan que vivió hace 1300 años.
Para ilustrar mejor la noción de que la transmisión de la mente puede adoptar muchas formas diferentes, vamos a considerar un pasaje del más grande de los Sutras budistas del Mahayana, el Avatamsaka o Escritura del Ornamento Floral, "Todos los budas... tienen la potestad de hacer el trabajo búdico en beneficio de los seres sintientes − ya sea mirar, examinar, mover, estirar, caminar, estar de pie, sentado o reclinado, en silencio o hablando, sea manifestando poderes ocultos, o explicando principios... Todos los budas pueden hacer este trabajo búdico desde los retiros de los bosques, o en sitios tranquilos, o en lugares desolados, o en los lugares en los que habitan los budas; o pueden hacer su trabajo búdico mientras están en trance, o en la soledad de la caverna, o cuando están alejados de la vista de los demás, o mientras habitan en el conocimiento de la profundidad absoluta, o mientras viven en el reino incomparable de los budas, o llevan a cabo su trabajo búdico mientras desempeñan acciones físicas imperceptibles, adaptándose a las mentalidades de los seres sintientes... o pueden hacer su trabajo búdico buscando la omnisciencia en la forma de los espíritus del agua, duendes, querubines, titanes, pájaros, serpientes humanos, sub-humanos y muchos más ..." (Volumen II, pp. 234-235)
Este Sutra del Ornamento Floral está repleto de incontables ejemplos de la consciencia no local como una facultad normal de todos los budas cósmicos. Encontrarse no sólo en dos lugares diferentes sino también en diferentes dimensiones a la vez es algo de lo que da cuenta la enseñanza de la Ley del Tiempo con respecto a la universalidad de la mente, la sincronicidad y la naturaleza telepática del tiempo mismo. En cuanto a la naturaleza de la Civilización Cósmica, la mente iluminada hiperdimensionalmente de los budas cósmicos también aporta descripciones que podemos aceptar como metáforas sobre la naturaleza supersensorial de la Civilización Cósmica: "Dentro del océano de mundos existe un sistema central de mundos denominado Matriz de Señales de las Puertas orientado a Todas las Direcciones, en el cual hay un mundo llamado La luz omnipresente del Color de Todas las Joyas. Los límites de aquel mundo estaban engalanados con joyas reflejando imágenes de los lugares de iluminación de todos los budas; éste, descansaba en un océano de flores hecho de todo tipo de joyas, estaba compuesto de joyas que muestran las apariciones de las emanaciones de todos los budas; tenía la forma de un palacio celestial, y era puro con unas trazas de contaminación. Además, en aquel mundo hay muchas regiones con cuatro continentes como átomos en la montaña polar; en el centro de ellos está el llamado Pico Montañoso de Todas las Joyas, cuyos cuatro continentes eran innumerables cientos de miles de leguas de extensión. En cada continente había diez mil grandes ciudades. En el centro del Continente Sur hay una gran metrópolis llamada la Luz de las Miríadas de Matrices de Árboles Joya, rodeada por diez mil ciudades. En ese continente, además, el promedio de vida de las personas era de diez mil años. El rey de aquella metrópolis fue llamado el Sonido Armónico de la Proclamación de todas las Leyes, el Gobernante soberano... El continente entero estaba bajo la protección de este Rey y no tenía ni enemigos ni adversarios." ibid, Volumen III, p. 230
Aunque el lenguaje y las imágenes usadas son medievales, la amplitud y el alcance de la descripción que nos da una clara idea y la vastedad de la mente que caracteriza la Civilización Cósmica. 
Esas visiones de una Civilización Cósmica en la Tierra las encontramos como un eco en la memoria de Tollan del México antiguo. Lugar de origen cósmico, su esplendor mítico fue recapitulado en la Tollan Terrenal, gobernada por el gran profeta Quetzalcóatl, durante un breve lapso de tiempo. Así está escrito, Tollan era la capital del imperio de los imperios. Sin equiparación en el mundo.
"Tollan era el corazón de todo aquello que había sido siempre bueno y puro. En esta antigua tierra estaba la esencia de la grandeza, la cúspide de la prosperidad. Tollan era puro espíritu manifestado en obras de piedra y pluma, oro y jade. Era un mundo de esplendor religioso y piadoso cumplimiento. Una muestra de lo que el hombre puede crear en paz " −Tony Shearer, Señor del Alba, pp 106-07.
La visión de la llegada de la Civilización Cósmica a la Tierra es la visión de la Tollan de los Ancianos Estelares. Estos son los ancianos cuya vida está en el futuro de un pasado que hemos olvidado vivir. Pero el objetivo del descenso divino, la naturaleza de lo que es la mismísima noosfera, es dar a la humanidad la oportunidad de comenzar de nuevo. Esto es, la Segunda Creación que trae a la Tierra la Civilización Cósmica.
Igual que la Tollan Terrestre previa y los sistemas de mundos iluminados de los budas, la futura Tollan de los Ancianos Estelares será una Civilización de Paz. Únicamente la mente que se conoce a sí misma, puede conocer la paz, porque la paz es la cualidad de la consciencia ominiabarcante que permea todo el universo y los sistemas de mundos en indestructible simplicidad. Esta es la consciencia omniabarcante que es la base de la Única Mente de lo que será la Fundación de la Civilización Cósmica en la Tierra.
Esta es la mente que será capaz de construir con las plantillas de la Ley del Tiempo una Cultura Galáctica del orden sincrónico que será espléndidamente armoniosa, entretejida telepáticamente con la realidad interdimensional de la consciencia cósmica. Y a través de esta Cultura Galáctica, la Noosfera de la Tierra se expandirá en su lugar en la gran y siempre evolucionante Civilización Cósmica.
La Civilización Cósmica significará una renovación total de la Tierra a través de las tecnologías mentales del campo resonante magnético telepático. Si la historia fue la era dominada por la escritura, en la noosfera de la Civilización Cósmica, del conocimiento posterior a la escritura surgirá una consciencia hipersensorial. Descubriremos que la naturaleza no es democrática. Es cosmocrática. El orden gobernante no procede de decretos impuestos por reyes o representantes electos, sino a través de la naturaleza esencial de la organización cósmica misma. Esto será comprendido intuitivamente y comunicado telepáticamente. Una jerarquía genuina será percibida como algo ya existente en todo el universo, el de la jerarquía de los órdenes ascendentes de la consciencia, que en esencia, es totalmente espiritual.
La historia será contemplada como una fiebre de la Tierra en su preparación para alcanzar la plena consciencia. Las fronteras religiosas se fundirán. En la percepción espiritualizada de la vida diaria, la religión no existirá más. En su lugar estará el Recuerdo Universal - UR.



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Director de Investigación, Noosfera II
Instituto de Investigación Galáctica
Luna Rítmica Dali 3, Kin 141 Dragón Espectral Rojo, Año Tormenta Cristal Azul


Fuente: Xochipilli – Red de Arte Planetaria  / Sitio digital: http://xochipilli.wordpress.com/author/xochipilli/, donde puede leerse el artículo completo.



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