[Siento - creo honesto decirlo - olvidable y ajena a mi intimidad la figura de Osho; no obstante, las agudas precisiones suyas recogidas aquí son esencialmente genuinas y certeras, imposibles hoy de refutar si contemplamos el triste, desolado, decrépito y ridículo mundo que está extinguiéndose ante nuestros ojos... G. A.]
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