3 de febrero de 2012

CARTA DE UN TERRÍCOLA ACUARIANO A NEPTUNO







"ADIÓS, amigo de los abismos. Hasta la vista, compañero Neptuno. Nuestra tribu de volátiles acuarianos ha aprendido una dura y necesaria lección junto a ti. En los últimos catorce años nuestra ardua convivencia conmovió todos los estamentos de este planeta y su presunto orden. En algo, sin duda, nos parecemos.

Contigo, turbulento amigo, nuestro océano interior hubo de ceder sus secretos precipicios a la embestida de los tiempos electrizados del humano Aguador. Tras dos milenios de engaños agridulces, muchos de nuestros miedos y vergüenzas ancestrales dejaron su desnudez tendida en tu resaca. Hoy sabemos navegar por mares invisibles a los ojos, explorar nuestros sueños como vates y aceptar la dualidad que divide y desafía, latido a latido, al druida que una vez abandonamos en el corazón de nuestro bosque oscuro.

GRACIAS por haber permitido a nuestros urgentes niños siderales conversar de igual a igual con tus sabios Delfines. GRACIAS por no habernos negado el antiguo don de tus Ballenas, su memoria antigua y sagrada de la estela espiritual de cada uno, el hasta hoy vedado Registro del Akasha planetario que nos conoce desde que Dios nos sopló. GRACIAS por habernos emocionado con la verdad y habernos probado con la mentira.

Hoy, viernes 3 de febrero de 2012, nos dejarás en medio de la fascinante y filosa aventura de hacer pie en el vórtice que va llevándose un mundo envejecido. Regresa, pues, y descansa, entra sin llamar a tu mística Casa piscinana, acuático guerrero de los falsos límites y las celdas vetustas. Tu labor no ha cesado ni cesará jamás. En algún lugar del Hades aún anudarás de nuevo los remos soberbios de Odiseo. En algún trocito de tierra firme volverás, muy pronto, a decirnos algo más, cuando el último solsticio de la Era nos anuncie que la noche más larga ha terminado, que el Sol ya está asomándose por el Oeste..."



Gustavo Aritto

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