17 de diciembre de 2013

FRAGMENTOS DE ADIÓS: CINCO MEDITACIONES SOBRE ANTON HEYBOER










"Volviendo, una vez más, de los confines de ese jardín mutante que imaginamos nuestro... de juntar, para otra fogata a solas, las hojas muertas de un árbol que no estuvo ahí jamás... "









“Cada tanto el mundo se asoma por mi ventana. Se lo ve más y más triste y vencido por los años, ansioso seguramente por saber si hay afuera alguna esperanza…”





“En mi amada patria había un puerto, y una bruma cargada de sal, de alucinaciones y de lujuria guardaba sus largas noches nórdicas.  
Una leyenda de tiempos de los dioses cuenta que un conjuro hizo de él una trampa: cualquiera podría partir de su embarcadero, pero ningún pescador, 
ni el más avezado navegante 
podrían avizorarlo jamás. 
Como tantos otros, 
un día quité amarras a mi bote 
(hecho en la reumática fábrica de mis manos). 
He sido desde entonces 
un náufrago incesante, un prisionero menos en la tierra…”









"Me sentías del otro lado. Yo te sentía a tu. La maldición del tiempo y su vacío... Todo lo nuestro, latir y suspirar... ¿Recuerdas la noche en que, por fin, nos animamos a derribar el muro? ¿Puedes revivir aún aquel instante sagrado que nos reveló el secreto de que nunca había existido un solo motivo para encontrarnos?..."













“Preguntó el poeta: 
-- Pájaro amigo, camarada fiel: Tú que retornas de ocaso en ocaso,¿sabes de algo de mí que aún perdure allá en la tierra?...

-- Sí - respondió el pájaro -, el silencio perdura… Y se desgarró en una llamarada de oro.
















Anton Heyboer 
(1924, Sabang, Indonesia - 2005, Den Ilp, Holanda / Netherlands)






Gustavo Aritto
(Diciembre / 2013)



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