14 de mayo de 2012

EL CRÁTER [SOLILOQUIOS EN UNA FOSA DE IBERAH, I)





Soliloquio en una fosa de Iberah




… El grito se despeña.                
Se está despedazando en el acantilado
entre las rocas negras del silencio…
… Duele callar, atar la voz
junto con las mandíbulas
y estos vacíos párpados de piedra…
Lavémonos las manos,
mientras dure la luna,
en el hilo de lava bermellón
que se acerca encubriendo a una serpiente…
… Dicen que allá la esfera se detuvo,
que el imán se ha dormido,
que todo es un hospicio de pájaros y brújulas,
y los frutos se pudren en la rama
y los delfines han perdido el rumbo…
A esos hijos del Tiempo,
que creyeron poder desentenderse
de sus viejos titanes:
¿quién les devolverá su sueño,
la tregua que los rapta de su exilio de sangre,
cuando tienten la almohada y no la encuentren?...
Nadie, como a nosotros.
Nuestra rabia de barba ensortijada…
Y el pétalo rosado
del beso y los pezones…
Somos aún el hígado y el pico de los buitres,
los grilletes celosos,
la pregunta del fuego interrumpida…
… Y la llave oxidada que los abre…
Somos la herida eterna, el círculo y el cráter,
la medida de todas las esperas…
Iberah… Iberah…[1] tres veces grande:
¡OKUKA OKUKA BANAI ICHÍ
SHIBANA KIKÍ NAHUA!... [2]
Me miro y nos confundo:
¿qué nos queda? ¿Qué es nuestro todavía?
Nos oigo y me recuerdo:
las estrellas…
Y el ávido jaguar que afilan nuestros dientes…
Y las alas del águila…
Su ojo cenital contemplando la ruina…
Su vuelo sobre el viento que se eleva…
Hay que intentar huir antes que el Sol nos corra…
Hay que intentar vivir:[3]
mañana… ayer…  ahora…



Gustavo Aritto
©2012 – REG. PROP. INTELECTUAL – REP. ARGENTINA



[1] Iberá (o Iberah) es el nombre de una reserva natural lacustre en la provincia mesopotámica de Corrientes, Argentina. Bajo su rica zona de lagunas y esteros pantanosos yace, en un nivel suprafísico, una sonda de comunicación del antiguo centro inframundano homónimo. Iberah es uno de los núcleos ocultos que sustentaron el desarrollo espiritual del planeta. Antecesor de Shambalah, se formó como centro regente de la Tierra en sincronicidad con la primitiva raza lemuriana (la Tercera Raza terrícola, primera en acceder a la vida material tridimensional). Actualmente el trabajo se destina ahí a la vida de la materia en sí, a la vida de la sustancia que compone todas las formas manifestadas en el plano físico. Los procesos de transmutación y de transubstanciación constituyen los instrumentos de acción de esta enigmática morada intraterrestre, ancestro milenario de toda práctica alquímica. De ahí que Hermes (el Mercurio romano) sea su deidad patrona, cuyas virtudes de disolución y transformación, lo hacen agente indispensable en operación de la coniunctio oppositorum realizada sobre la naturaleza andrógina. Le son afines los hechos y personajes que dominan el relato mítico helénico del gobierno de Chornos, de su codicioso hijo Zeus y de los Titanes, oriundos éstos del planetoide Quirón. Es su emblema la alegórica tríada animal de la Serpiente (aspecto luciferino del Conocimiento), el Jaguar (resabio instintual de lo humano en evolución) y el Águila (superación sublime del la “Caída” y el orden materialista). La figura de Prometeo (evocada en el poema) le es entrañable. Consubstanciada con el legendario Templo (etérico) de Ibez, en algún sitio velado del corazón de Sudamérica, sus espejos se proyectan en la región de la mencionada laguna de Iberá y en la región de Viedma (Río Negro, Argentina).
[2] Escritura ortográfica: OKUKA / OKUKA BANAI ITI / SHIBANA KIKI NAGUA. Mantra de entrega y preparación para la purificación.
[3] Cfr. P. Valéry: “… le vent se léve !... Il faut tenter de vivre !.”, en Le cimetiére marin, estrofa final.



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Esteros de Iberah (Corrientes, Argentina)


Imagen de portada: "La puerta del Infierno", fotografía firmada por SKINNER. Publicada en el sitio:

Abajo: Una toma de los esteros de Iberah. Publicada en el sitio:



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