27 de mayo de 2012

ALQUIMIA INTERIOR: DESCUBRIENDO A NUESTRO MAGO DESCONOCIDO




Tres momentos en la intuición
de Zulma Reyo



"Soledad y totalidad"


"El experimentar plenamente nuestra soledad es descubrir profundamente nuestra totalidad. En soledad descubrimos aquellos mecanismos que ciegamente buscan convertirse en hábito. Esto engendra inconsciencia y comportamiento mecánico, le quita energía a la atención puesta en el momento presente. El conocimiento trae la constante y total libertad de elegir y con esa libertad viene una creciente responsabilidad. Somos responsables de absorber y procesar energía de acuerdo a nuestro nivel de conocimiento.
En niveles superiores somos responsables de la influencia que ejercemos en nuestro mundo y en otras personas.
Una persona que ha experimentado la totalidad de sí mismo no buscará fuera de sí la gratificación, los significados o qué dirección llevar. El buscar las respuestas fuera de uno mismo es un método infantil que le hace absorber energías del medio ambiente. La madurez viene con el coraje de estar solo. Y en esa soledad viene la plenitud, el poder, la superabundancia y la bendición. Normalmente, entregamos nuestros poderes a nuestros padres, enamorados, esposas, esposos o jefes; otorgamos autoridad a aquellos que creemos que poseen las aptitudes que no podemos encontrar en nosotros mismos. Para recuperar nuestro poder y vernos como realmente somos, necesitamos estar solos y en esa soledad redescubrir toda nuestra potencialidad. 
Este renacimiento puede ser solamente hecho en privado, individualmente. Nadie más puede hacerlo por nosotros sin que nos reprogramen, y debemos liberarnos de toda reprogramación. Una y otra vez nos metemos en el mismo tipo de situaciones, con el mismo tipo de relaciones. La mente, sobre todo la mente inferior, es programable como un robot.
El coraje de estar solos nos vuelve conscientes. Una vez logrado esto, no necesitamos más de contratos o de compromisos de dependencia. Ya no somos partícipes de jugarretas sutiles y juegos de poder que dividen nuestro poder y el conocimiento de nuestra santidad. Ya no existirán personas o conceptos que logren confundirnos o engañarnos puesto que en nuestra propia integridad detectaremos fácilmente las trampas y fallas que sean inferiores a esa santidad y al espíritu que la anhela.
La capacidad de discernir es sumamente importante en esta época en que tantas palabras maravillosas son ostentadas por personas que no viven lo que dicen. La Alquimia Interior nos enseña a retornar a nuestra divinidad, a nuestra propia fuente y a aglutinar nuestras energías y proyectarlas hacia la totalidad de nuestro ser, incluyendo nuestro aspecto físico. Aunque nos enseña a trascender las limitaciones físicas y a estar conscientes de nuestro cuerpo, esto no puede llevarse a cabo si no se está plenamente dentro del cuerpo: física, mental y emocionalmente. La verdad es no podemos convertirnos en maestros in absentia."




"Creatividad"


"La creatividad es la verdadera llama o esencia de Vida. Cada acto que realizamos es creativo y la maestría es su máxima expresión. Al elevar los pensamientos, manifestar creatividad y riquezas, generar bondad, todos somos capaces de transmutar nuestras emociones y sentimientos sin destruir nada de uno mismo ni de otro.
No le quitamos nada a nadie. La maestría, una vez aprendida, nos permite tener nuestra torta y comerla a la vez. Tener nuestra torta (nuestro pleno conocimiento) es comerla (vivir en libertad). 
Podemos decir que la Alquimia Interior se compone de ciencia intuitiva y religión universal proyectadas a través de expresiones artísticas.
Ciencia, religión y arte se unen en la Alquimia como en las doradas épocas de antaño o como actualmente se viene haciendo en sistemas más avanzados que el nuestro. La Alquimia es el proceso mismo de la Creación: una emanación abundante e infinita de la Divinidad.
No existe mejor maestra que la propia vida y el mejor aprendizaje está en observar la vida interior: ese flujo y reflujo de fuerzas cuyas manifestaciones exteriores afectan los estados interiores. El Este conoce este secreto pero se olvidó de aplicar su dinámica a los estados exteriores. El Oeste ha sabido utilizar información extraída de realidades exteriores pero se olvidó de las dimensiones interiores. La Atlántida y otras antiguas civilizaciones conocían ambas: la realidad exterior y la interior. Hoy, de manera individual, nos acercamos nuevamente a una visión holística de la Vida.
El método alquimista, como toda gran verdad, es muy simple. Tenemos que apartarnos por un instante del ser pequeño, del medio ambiente, del mundo de los efectos y atrevernos a mirar y descubrir quién y qué somos realmente. Ahí podremos sumergirnos en la riqueza del Ser y descubrir una y otra vez que somos el microcosmos. Estamos rompiendo con moldes y creencias del pasado y aprendiendo a vivir de una manera más refrescante. La Alquimia Interior nos devuelve nuestro propio ser y ahí recordamos que nuestra naturaleza es alquimista. 
La perspectiva básica de este nuevo camino es vislumbrar toda vida como energía, como un patrón fluctuante de vibraciones diversas. Al irnos despojando de los ingredientes densos de nuestro ser empezamos a crear una especie de vacío de luz que atrae las más refinadas frecuencias de ella hacia nosotros. La Alquimia es la ciencia-arte de la vibración, simbolizada por el matrimonio alquímico entre el fuego y el agua: el fuego del espíritu, el agua de la vida. Nos hemos anulado demasiado invistiendo poderes en nuestros curas y políticos, nuestros sistemas y organizaciones. Ahora podemos alcanzar a Dios y sintonizarnos directamente con Él. Todos podemos sentir y saber todo lo que se debe sentir y saber. Todos somos maestros, Seres-Dioses prestos a destapar los registros de nuestra memoria original."




"La anatomía humana energética"


"El estudio de nosotros mismos; nuestra humanidad, nuestros mecanismos, nuestras habilidades y percepciones, es el estudio de millares de transformaciones de la energía. Además de la anatomía física poseemos una muy compleja y sutil anatomía energética que regula nuestra mente, nuestras emociones, nuestras facultades psíquicas y espirituales. Aunque éste no es el único sistema, aquí exploraremos la dinámica humana en términos de siete cuerpos, cada uno regido por siete facultades y condicionados por siete rayos.
Cada persona puede verse funcionar de siete diferentes maneras, llamadas siete cuerpos o niveles de consciencia. Más allá de estos siete cuerpos existen cinco dimensiones más que desde nuestro nivel de comprensión pertenecen al espíritu puro o fuerza cósmica.
Cada uno de nuestros siete cuerpos básicos corresponderían de alguna manera a una percepción y está compuesto de una sustancia, que para nuestros propósitos, veremos como partículas en diversos grados de densidad o condensación. Cada cuerpo vibra a una frecuencia o grado específico. La totalidad o la fusión de esos siete cuerpos funciona como una orquesta. La calidad de la orquestación dependerá de la actuación de cada una de las partes.
... Lo que todavía no somos capaces de aprehender es que este circuito energético que somos es totalmente programable. Nuestra mente ya ha sido programada por nuestra sociedad, nuestros padres, nuestro medio ambiente, nuestra cultura y nuestra época, para creer y sentir de ciertas maneras. En realidad estamos constantemente condicionándonos, desacondicionándonos y reacondicionándonos a nosotros mismos. Nuestro mundo inmediato es una creación: el resultado directo de la mente sobre la materia. Y aunque el comportamiento humano ha sido percibido en términos de patrones mentales, entendemos muy poco de lo que la mente realmente significa aun a la luz de Freud y de Jung y sus conocimientos de los niveles sub y supraconscientes. Recién estamos empezando a reconocer que utilizamos una mínima fracción de nuestro cerebro.
[...]
Perdemos nuestra conexión con la metafísica y por ende nuestro conocimiento directo de ella. El más grande metafísico, el más grande alquimista de todos los tiempos fue el Maestro Jesús y sus milagros fueron nada más que la aplicación de leyes de energía interna. Cuando uno conoce las leyes universales sabe que no existen milagros, que en realidad todo es un milagro.
Todo es energía. La energía es la interacción de sustancia y espacio. Esta sustancia a través del espacio tiene inteligencia (algo sobre lo que trató Itzak Bentov en su libro A la espera del Péndulo Salvaje) y responde a una directriz mental. Visto de manera sencilla, esa inteligencia es Luz o Dios. Esta unidad primaria de actividad es lo que en Oriente se denominaba "prana". Actualmente, se están descubriendo unidades más pequeñas que el átomo y que constituyen la esencia de toda sustancia.
[...]
El hombre es en esencia un ser cósmico que existe como una consciencia que se expresa a sí misma, como un cuerpo de espíritu y un cuerpo de materia física. El cuerpo en el cual existimos posee su propia inteligencia, sus propios mensajes, sus propias respuestas, pero nuestro verdadero conocimiento es de un orden superior: de Luz o Cósmico. Nuestros cuerpos y el conocimiento o inteligencia relacionados con ellos son análogos a la casa en que habitamos. Nos refleja pero no somos nosotros.
Nuestra propia dualidad (humana y divina) es en realidad ilusoria. Somos en verdad seres cósmicos. Pensamos que somos sólo entidades físicas porque la realidad tridimensional es muy patente. Sin embargo, nuestras facultades son duales: tenemos tanto la facultad del conocimiento cósmico como del planetario. Y estamos sujetos a las leyes de la materia y de la luz, de la sustancia planetaria y la luz cósmica. Estamos sujetos a las leyes de la energía en sus dos niveles.
[...]
La personalidad que tenemos es un reflejo de cómo respondemos a las polaridades dentro de nosotros. Puede ser alegre o triste, con una disposición nerviosa o aletargada. Nuestra personalidad revela cómo repartimos nuestras polaridades y la colección de respuestas que programamos en nuestra computadora humana. Nosotros somos lo que programamos. Si en mi vida enfatizo por hábito o por miedo la desdicha, no podré ser feliz. Si enfatizo la claridad sobre la oscuridad, seré luz. Me creo a mí misma al modificar la energía de mis respuestas a la vida y estas reacciones actúan como un imán de cualidades similares que dan lugar a todo tipo de efectos, constructivos o destructivos.
Proyectamos lo que sentimos y también llegaremos a sentir lo que proyectamos...
[...]
El mundo es en realidad el reflejo de la propia maestría o de la falta de ella, que se proyectará en las relaciones, éxitos o fracasos, salud, finanzas, etc. Si no hay maestría en su mundo es porque no ha logrado integrar algún aspecto de sí mismo que se relacione con ella. Si aún existen problemas en su mundo (aunque sienta que es culpa de otro), es indicación clara de que está haciendo algo para atraerlos. esto sucede tanto en los más altos como en los más bajos niveles energéticos de vida. La maestría necesita ser corporizada a través de actos físicos.
El conocimiento del alquimista, base de toda transmutación y toda maestría, está en el armonioso control y manejo de los tres cuerpos inferiores, el físico, el mental y el emocional, que dan a uno la elección y el sentido de dirección. Uno puede escoger dónde ir, qué hacer, y cómo se manifestará su mundo.
[...]"


Extraído del libro Alquimia Interior, Introducción y Capítulo I; Bs. As., Kier, 1992.



Zulma Reyo


La pródiga mente de Zulma Reyo (nativa de la Isla de Manhattan, New York, pero criada en Puerto Rico y devota exploradora planetaria) causó en mí, al primer contacto con sus textos y aun con pensamientos sueltos citados aquí y allá, ese deslumbramiento y esa experiencia de la libertad interior que de vez en cuando provocan unos pocos occidentales contemporáneos (en mi caso, sólo C. Jung, el Dr. E. Bach, J. Trigueirinho...). Su riquísimo cosmos parece sustentado por revelaciones debidas, mucho menos que al estudio ni a la razón metódica, a una profunda y mutante vivencia de la intuición interdimensional. Sin caer jamás en la autocomplacencia, ni en la aproximación facilista basada en el soborno a nuestro Ego, pathos y ethos logran en su exposición sutil y rigurosa un equilibrio propio de los sabios y los iniciados. Sospecho que habrá siempre un 'antes' y un 'después' en los días de quien se entregue lúcido y sin autoengaños a los inagotables secretos de sus textos. Reyo tiene su propio sitio digital panorámico: www.zulmareyo.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario