5 de mayo de 2012

LAS FORMAS DEL FUEGO (II): EL MISTERIO LLAMADO BACH (II)





«… Dios le debe todo a Bach. Sin Bach, Dios sería un personaje de tercera clase. La música de Bach es la única razón para pensar que el Universo no es un desastre total. Con Bach todo es profundo, real, nada es fingido. El compositor nos inspira sentimientos que no nos puede dar la literatura, porque Bach no tiene nada que ver con el lenguaje. Sin Bach yo sería un perfecto nihilista.»

Émil M. Cioran




JOHANN NICOLAUS FORKEL,
"Grandeza del genio de Bach"


"Cuando se ve que un artista escribe un número inmenso de obras de la más variada especie, de tal originalidad que no se parecen a ninguna de las producidas en otras épocas; obras cuyo carácter general consiste en que poseen una abundancia de ideas a la vez profundas y agradables, de tal manera que el auditor, conocedor o no, no puede por menos que gozar de su encanto, apenas hace falta preguntarse si tal músico era o no un gran genio. La más fértil imaginación, la facultad de creación más inagotable, un juicio depurado y una asombrosa sagacidad, un gusto de una seguridad poco común que le hacía borrar cualquier nota que no estuviese en estrecha relación con el conjunto de la composición, una genialidad sin ejemplo en el empleo de los recursos más delicados y más insólitos en el arte, un talento sin igual en la ejecución de los instrumentos: tales son las cualidades que necesita la acción común de todas las potencias del alma. Caracteres realmente geniales, de tal manera que quienes no puedan descubrirlos en Bach y en sus obras es que no las conocen o que solamente las conocen de una manera imperfecta. Es menester, en efecto, asimilarse esas composiciones para poderlas apreciar, tanto a ellas en sí mismas como al genio del autor. Semejante tarea supone, por parte del aficionado, un estudio serio y tenaz. El espíritu ligero y frívolo que revuela sin cesar de flor en flor, sin detenerse en ninguna, nada tiene que hace aquí." 

(Tomado de su biografía titulada Johann Sebastian Bach, capítulo XI. Edición del Fondo de Cultura Económica, Breviarios 31, México, 1949)


Johann Nicolaus Forkel, el primer biógrafo de J. S. Bach, y acaso también su primer crítico profundo, nació en Meeder, Coburgo, en 1749, y murió en Gotinga en 1818. Se trata del único “musicólogo” (especialidad no del todo delimitada aún en su tiempo) que tuvo la dicha y el privilegio de conocer personalmente al músico. Sus observaciones, más allá de las limitaciones y de una perspectiva, algo sesgada en su conjunto, según opiniones autorizadas, siguen siendo de inconmensurable valor para el estudio y la interpretación de la entidad humana y la obra del "Kantor von Leipzig".


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ALBERT SCHWEITZER,
“El coral en la obra de Bach”


“Hay una diferencia fundamental entre la música de Bach y la de Händel. La obra de Bach tiene por baso el coral; Händel nunca lo usa. En uno, la invención libre lo es todo; en el otro, en el autor de las cantatas y Pasiones, surge del coral y se esfuma tras él. Las más hermosas y profundas obras de Bach, aquellas donde expresa, bajo una forma musical, lo más íntimo de sus pensamientos filosóficos, son fantasías para órgano sobre melodías de coral.
Parece extraño que Bach, genio creador si lo hubo, haya tomado melodías ya hechas como base de su obra, pero lo obligaban las circunstancias exteriores. Era organista y maestro de capilla y en tal carácter componía para el culto. Sus cantatas y Pasiones estaban destinadas a servir para la liturgia y, ciertamente, no  debe de haber imaginado que algún día pudieran ejecutarse fuera de ella. Al componer para la Iglesia se vio obligado a hacer depender sus obras del coral, único principio de la música sagrada del protestantismo. Händel  era libre, pues no escribía cantatas sino oratorios destinados al concierto sacro.
De la necesidad nace la fuerza. Es al coral, precisamente, que la obra de Bach debe su grandeza. El coral no sólo lo puso en posesión de los tesoros de la poesía y música protestantes sino que, además, le abrió las riquezas de la Edad Media y de la música sagrada latina de donde él proviene. A través del coral su música extiende raíces hasta el siglo XII y se encuentra así en contacto vivificante con un gran pasado. No es ya, únicamente, un fenómeno individual; en ella reviven las aspiraciones, los esfuerzos, el alma misma de las generaciones pasadas. El arte de Bach representa la plenitud del coral alentada por el soplo de un gran genio. No es una generación; son los siglos los que han producido esta obra colosal.
[…]
Hacia el final del siglo XVII, el drama bíblico, en boga durante la Edad Media bajo la forma del ‘drama-pasión’ con música, vuelve a golpear a la puerta de las iglesias. Se empeña la lucha en  pro o en contra de esta nueva creación. Es Bach, una vez más, quien la resuelve. Rehabilita la antigua Pasión idealizándola y escribe la Pasión según San Mateo.
Desde cualquier ángulo que se lo considere, Bach es, pues, el último término de una evolución artística que, preparada desde la Edad Media, clarificada y activada por la Reforma, arriba a su plena floración en el siglo XVIII. El coral está en el centro de esa evolución. Su historia se impone, pues, como el necesario preludio de un estudio sobre Bach.”

(J. S. Bach: El músico poeta, Parte I, Cap. 1 (título original: Jean-Sébastien Bach. Le musicien-poét, Leipzig, 1905). Edición de Ricordi Americana S. A., Bs. As., 1955; traducción del francés por Jorge D’ Urbano)

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"Johann Sebastian Bach 
y su escritura",

por la Agrupación de Grafoanalistas Consultivos de España - Boletín n° 10


“El virtuoso y gran violinista Yehudi Menuhin, intérprete de magníficas sonatas y suites del padre de la música… hace el siguiente comentario de la escritura autógrafa y de las partituras escritas del mismo:

‘Cuando contemplo la escritura de Bach, me imagino un cuerpo celestial en movimiento y a mí mismo como testigo de un fenómeno natural que se desarrolla de acuerdo con un inalterable orden natural en el que la humanidad toma parte parcialmente. No hay por qué maravillarse de que percibamos la música de Bach como universal. Puede verse la corriente poderosa e incontrolable de su escritura, como un río afluye inexorablemente al mar, amoldándose con flexibilidad y docilidad a cada piedra, colina o montaña y a cada ligero obstáculo en su paso. Su obra nos conduce a una comparación con la germinación de una semilla en la que cada minúsculo detalle de las especies, así como el funcionamiento de la planta futura, está ya terminado. Al propio tiempo, se vincula a los factores condicionantes de la luz, aire y nutrición, los cuales actúan conjuntamente como criador y señor…’

La escritura de Bach es ‘pictorial’, de tal manera que Albert Schweitzer afirmaba que ‘Bach es el más gráfico de los compositores’… que ‘era irascible y obstinado… era, por encima de todo, honrado e incapaz de injusticia… Como organista era imparcial y estricto en el examen de sus alumnos… Si podía rendir un servicio a alguien, nunca se negaba a hacerlo…’.

Para la eminente grafóloga Roda Wieser, sus ocasionales estallidos de cólera, no tan frecuentes, eran comprensibles considerando el exceso de tensiones espirituales que tenía que enfrentar… Los puntos de la letra ‘i’ bien colocados, en un ambiente gráfico de gran asimetría constituyen la evidencia de su buena voluntad (lo mismo sucede con Beethoven).

El grafólogo Robert Ammann habla de un particular énfasis en la disposición, y los anchos márgenes que expresan la capacidad de planificación y un elevado talento para la construcción deliberada.”




Manuscrito original de J. S. Bach



Video de portada: Versión electrónica de un arreglo del coral para órgano "Nun, komm, der Heiden Heiland" (Ven ya, Salvador de los gentiles), BWV 659



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